Según explicó a la prensa la titular de esa organización, Ana Escobar, las mujeres no merecen estar pasando estas situaciones, tienen derecho a la libre expresión, a vivir libres, a poder opinar acerca de lo que están sintiendo y cuando no quieren mantener una relación se tienen que respetar esas decisiones.
La violencia contra la mujer, sobre todo de exparejas, es un problema que requiere un abordaje desde múltiples sectores, señalaron expertas citadas por el diario La Estrella de Panamá.
En ese sentido señalaron la educación en los colegios, los sistemas de protección de personas en condición de vulnerabilidad, las herramientas legales (desde boletas hasta brazaletes electrónicos) para mantener a los agresores lejos de las potenciales víctimas.
También mencionaron el aumento de penas para los condenados y los mecanismos de rehabilitación en los centros penitenciarios para evitar la reincidencia.
Lograr estos objetivos se convertirá en un reto aún mayor si se cumple la anunciada disolución del Ministerio de la Mujer, anunciado hace meses por el presidente de la República, José Raúl Mulino, indicaron.
“Sería un paso hacia atrás en un tema y una materia tan importante, porque si ha de cerrar quedarían como estábamos antes, con muy pocos lugares para que ellas se acerquen”, afirmó Alessandra Chena, directora de Protección de Derechos de la Mujer en la Defensoría del Pueblo.
Tener acceso a sitios seguros es clave para garantizar la seguridad de mujeres en situación de vulnerabilidad, y los albergues no son suficientes, opinó.
El brazalete electrónico podría ser una herramienta útil en estos casos. Pero las expertas destacan que su implementación debe ir acompañada de una reeducación de la Policía Nacional para que responda de forma inmediata a los llamados de las víctimas.
Además, cuestionaron los acuerdos de pena y las medidas cautelares que se otorgan a personas imputadas por femicidio o violación.
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