Por Fausto Triana
Artistas norteamericanos de gran impacto en el siglo XX, se convierten desde hoy en el foco de las muestras del Museo Thyssen Bornemisza de la capital española, en una suerte de redescubrimiento de las improntas de Pollock (1912-1956) y de Warhol (1928-1987).
Estrella de Diego, comisaria de la muestra, valoró que a pesar de que los dos vivieron en Américas distintas, “ni Pollock ha sido solo abstracto ni Warhol únicamente figurativo».
Lo intermedio entre lo abstracto y lo figurativo es el espacio, de nuevo une a los dos artistas. Al profundizar en el tema se refirió a la famosa obra de las latas de Coca-Cola de Warhol, donde se puede observar que cada una de ellas «flota en un espacio», dijo la especialista que confesó que la exhibición es el proyecto de su vida. Dos creadores unidos por una misma preocupación, los cambios en la tradición pictórica, lo espacial y, en algunos casos, el uso de los grandes formatos, añadió
En más de 100 obras, acompañan a los protagonistas del Thyssen trabajos de artistas como Lee Krasner, Helen Frankenthaler, Marisol Escobar, Sol LeWitt, Cy Twombly, Robert Rauschenberg, Audrey Flack, Perle Fine o Mark Rothko.
‘Warhol, Pollock y otros espacios americanos’, tuvo su “vernisage” con expertos y periodistas este lunes, sobre la cual el director artístico del museo, Guillermo Solana, resaltó que una de las novedades es que «está concebida como Warhol mirando a Pollock, y utiliza intuiciones que Pollock había avanzado».
Solana subrayó que en realidad se trata de una exposición que cuestiona, desafía e invita a cuestionar el canon de la historia del arte.
Estos personajes se han presentado a lo largo de décadas como dos conceptos opuestos, Pollock con lo abstracto y Warhol lo figurativo. Sin embargo, la muestra propone construir un esquema «binario» sobre la «tachadura de lo figurativo» de Pollock, y al mismo tiempo, un Warhol que utiliza una «dimensión pictórica abstracta», detalló.
«Trabajar en este proyecto con Estrella de Diego me ha permitido también a mí descubrir que Warhol es un artista mucho más inteligente, mucho más profundo, mucho más intelectual, mucho más a la vanguardia de lo que a primera vista uno podría imaginarse. Aquí vemos otro Warhol (…)”, matizó Solana.
El recorrido por las amplias salas del Thyssen coquetea con el abstracto puro de Pollock y lo figurativo de Warhol, sin esconder su sello de identidad vinculado a la banalización, con el preciosismo de su arte fotográfico.
Así casi al final, deslumbran la obra Dirección, de Pollock, y la serie Sombras, con el espacio como metafísica de Warhol con pinceladas enigmáticas, en una suerte de miradas abstractas y figurativas de cierta complicidad.
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