El Club de Prisioneros Palestinos denunció en un comunicado que Kamel Mohammad Mahmoud Al-Ajrami, de 69 años, murió en un hospital el 10 de octubre tras ser trasladado desde la cárcel de Negev.

Al-Ajrami se suma a la lista de mártires que perdieron la vida en esas instalaciones como resultado de las matanzas sistemáticas practicadas por el sistema penitenciario israelí, que escaló a un nivel sin precedentes desde el comienzo de la guerra, subrayó.

“El asesinato de prisioneros representa otro aspecto de este genocidio”, estimó la organización.

Según el Club, desde la guerra de 1967 y la posterior ocupación de la Franja de Gaza y Cisjordania, la cifra de palestinos fallecidos en las cárceles de ese país totaliza 317.

También condenó los sistemáticos llamados del ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, a aprobar una ley en el Parlamento para ejecutar a prisioneros palestinos.

En julio, Ben-Gvir se jactó públicamente de su política de hambre contra los detenidos.

Los comentarios de Ben-Gvir fueron hechos durante una sesión del Tribunal Supremo para considerar la petición presentada contra la reducción del menú de comida proporcionado a los reclusos palestinos.

“Estoy aquí para asegurarme de que los terroristas (al referirse a los miles de presos palestinos) reciban el mínimo” de comida, aseguró el político ultraderechista, conocido por sus posturas antiárabes y expansionistas.

El Centro Palestino para la Defensa de los Prisioneros acusó la pasada semana a Israel de practicar terrorismo de Estado contra los detenidos en sus cárceles, ante lo cual llamó a la ONU a actuar contra esas violaciones.

La intimidación, las palizas y las humillaciones ocurren en secreto, y aunque se han filtrado esas vejaciones son mucho más severas de lo que conocemos, denunció Lina al-Tawil, directora de esa institución, en una entrevista con la agencia de noticias Safa.

Las unidades de represión del Servicio Penitenciario israelí aumentaron los allanamientos de las secciones y celdas de los presos, agrediéndolos brutalmente a diario bajo pretextos injustificados, denunció recientemente el organismo en un comunicado.

Al respecto, alertó sobre el uso de bombas de sonido, de gases lacrimógenos, porras y perros policía contra los reclusos.

Los prisioneros palestinos sufren hacinamiento, mala ventilación, poca alimentación y una deficiente cobertura de salud, aseguró.

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