Fue en el minuto 87, cuando Bruno Henrique irrumpió por la derecha y disparó cruzado. El arquero Facundo Cambeses, figura del encuentro, desvió el balón, pero Carrascal, atento, cazó el rebote y lo empujó a la red. Locura total en el legendario y abarrotado estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Desde el pitazo inicial se encendió una hoguera de nervios en el templo carioca. El Flamengo tomó la pelota con hambre, mientras Racing levantó su bandera en el orden y la resistencia.
Apenas a los cinco minutos, Carrascal arrancó por la izquierda, dejó atrás a su marcador y buscó a Giorgian de Arrascaeta. El uruguayo no logró dominar del todo, pero el intento sirvió de aviso. El público rugió. En la jugada siguiente, Agustín Almendra respondió con un disparo lejano que se perdió por el fondo.
El apodado Fla apretó la marca y se adueñó del ritmo, aunque el muro albiceleste se mantuvo firme. A los 15 minutos, un derechazo rasante del propio Carrascal exigió la primera gran intervención de Cambeses.
Cinco minutos más tarde llegó la más clara: Arrascaeta estrelló su remate contra el palo, tras una jugada tejida por Alex Sandro y Varela. El Maracaná contuvo el grito.
El dominio brasileño continuó. A los 25 minutos, Pedro rozó el gol con una volea desviada. Racing, sin embargo, endureció el duelo. Marcos Rojo impuso jerarquía y el partido se volvió trabado.
Antes del descanso, Arrascaeta volvió a probar de tiro libre, pero el balón se fue alto. Cero a cero en un primer tiempo en el que Flamengo jugó, pero no concretó.
En el complemento, la historia siguió el mismo guion: presión local, resistencia visitante. Filipe Luís movió el banco: Gonzalo Plata y Ayrton Lucas entraron para refrescar los costados. El equipo se volcó sobre el arco de Cambeses, que tapó todo.
También el Racing ajustó líneas, pero la tormenta roja no cesó. A los 58 minutos, Arrascaeta volvió a intentar y otra vez el arquero argentino respondió con reflejos felinos. Las tarjetas amarillas comenzaron a multiplicarse: el desgaste se sentía, pero la emoción no bajaba.
En el minuto 77, el estadio se levantó entero: Samuel Lino, recién ingresado, definió cruzado en el área chica. Cuando el gol parecía inevitable, Cambeses voló y salvó con una mano prodigiosa. El grito murió en la garganta de más de 60 mil almas.
Hasta que llegó la diana de Carrascal y, con él, la explosión. Cuando el árbitro marcó el final, los corazones seguían al borde del colapso. Flamengo fue superior y ganó. Racing fue valiente y resistió.
En el Maracaná hubo una historia tensa, vibrante, escrita jugada a jugada. La revancha en Avellaneda promete ser una batalla.
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