Así lo destaca hoy la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), al comentar los estudios realizados por un equipo internacional de científicos, cuyos resultados acaban de ser publicados de forma abierta en la revista Nature Ecology & Evolution. La investigación es fruto de una colaboración en la que han participado investigadores multidisciplinarios de varios países e instituciones, entre ellos el biólogo evolutivo Eduard Ocaña, investigador Ramon y Cajal en la UOC.

Gracias a la aplicación de una nueva metodología y de modelos evolutivos sofisticados, que han combinado diferentes técnicas de datación, se pudo revisar la historia evolutiva de los hongos, que ya poblaban la Tierra centenares de millones de años antes de que las plantas arraigaran.

«Los hongos como grupo son mucho más antiguos de lo que imaginábamos. Con una alta probabilidad, ya existían hace más de mil millones de años, y esto los sitúa como uno de los grandes grupos eucariotas más antiguos», argumentó el biólogo Eduard Ocaña.

Por lo tanto, añadió, los hongos (un reino representado por setas, mohos y especies unicelulares, como las levaduras) serían claramente más antiguos que los animales (que se cree que aparecieron hace unos 600 millones de años) y que las plantas terrestres pluricelulares (de hace unos 500).

Según las valoraciones de los expertos, los hongos tienen cuerpos frágiles y filamentosos que raramente se conservan. Esta escasez de fósiles ha hecho que su historia evolutiva fuera un rompecabezas lleno de vacíos hasta ahora.

En esa línea, los científicos combinaron tres fuentes de información diferentes y complementarias: los pocos fósiles disponibles, las secuencias genómicas de más de un centenar de especies de hongos y las transferencias horizontales de genes, un elemento clave e innovador que ha marcado la diferencia.

«Cuando un mismo gen salta de un organismo a otro, sabemos que los dos convivieron en un mismo momento. Y esto nos permite establecer relaciones temporales relativas, porque sabemos que cualquier pariente del linaje donador tiene que ser necesariamente más antiguo que cualquier descendente del linaje receptor del gen», explicó el analista de la UOC.

A partir de estos anclajes temporales derivados de eventos de transferencia horizontal de genes, utilizados conjuntamente con las otras técnicas, el equipo investigador pudo obtener los nuevos cronogramas evolutivos, más precisos y robustos, que incluyen más de 100 especies de hongos.

El hallazgo, comentaron los especialistas, tiene implicaciones profundas para entender cómo eran los ecosistemas terrestres que precedieron al periodo cámbrico, de los que tenemos escasa información en términos de registro fósil.

Para Ocaña, «nuestros resultados indican que los hongos ya habitaban ambientes terrestres y establecían interacciones ecológicas de un grado de complejidad hoy por hoy incierto con los ancestros de las plantas terrestres pluricelulares”.

Estos ancestros debían de asemejarse a los grupos de algas verdes que son evolutivamente más próximas a las plantas terrestres pluricelulares, algunos miembros de los cuales tienen cierta capacidad de adaptarse a ambientes fuera del agua, precisó.

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