Hay una profunda preocupación por la situación que atraviesa esa entidad en el nororiental departamento de Izabal, señaló Andrea Mansilla, miembro de la Comisión de Vestuario y Textil, de la Asociación nacional de Exportadores.

Lo que comenzó como un conflicto interno entre distintos actores empezó a reflejarse en la eficiencia operativa del puerto y, con ello, en la competitividad no solo de la industria, sino del país en general, acotó la funcionaria.

“Este puerto es estratégico para la industria de vestuario y textiles, ya que entre enero y junio de 2025 movilizó el 36 por ciento de las importaciones y el 81 de las exportaciones del sector”, describió.

Es el punto de ingreso de insumos como el algodón, materia prima esencial para la cadena de suministro, y la principal salida de las exportaciones de prendas hacia la costa este de Estados Unidos, subrayó Mansilla en sus palabras al medio.

En plena temporada alta, cada día perdido significa un riesgo real de incumplimiento. Las marcas internacionales eligen trabajar con fábricas aquí por su rapidez y confiabilidad en la entrega de su producto. Pero esta situación pone en juego esa ventaja, advirtió.

El director de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas, Luis Mazariegos, expuso, por su parte, que registran demoras y atrasos los despachos por parte de la portuaria de barcos con contenedores.

Calificó de más lamentable que, aparte de esos costos, deben afrontar el desafío de trasladar las materias primas hacia las diferentes plantas.

Eso implica —remarcó— sortear las malas condiciones de las carreteras, los atrasos por derrumbes o accidentes. En general, amplió, el tema logístico de las mercaderías presenta un año de retos para el sector de alimentos y bebidas.

Santo Tomás de Castilla es la puerta de salida para mercados de Europa, Estados Unidos, Canadá y México y durante 2024 movilizó volúmenes significativos de productos como banano, níquel, aceite de palma, frutas y demás.

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