A través de su cuenta oficial en la red social X, Zelaya expresó con dureza su rechazo al episodio y reivindicó el valor simbólico de la enseña de su agrupación.

“Lo que hizo Nasralla Salum no es crítica, es apología de su odio contra Libre y la resistencia histórica que ha puesto los muertos, los perseguidos y los exiliados” en este país centroamericano, denunció.

“Ese símbolo glorioso que hoy ha quemado representa 16 años de lucha contra el bipartidismo (encarnado por el PL y el Partido Nacional), y el sacrificio de quienes enfrentaron balas por defender la democracia”, recordó el también coordinador general de formación gobernante.

Para el expresidente hondureño (2006-2009), el de Libre no es solo un emblema partidario, sino la representación del sacrificio popular, y afirmó que ningún acto podrá borrar la historia del partido surgido tras el golpe de Estado de 2009 en su contra.

“La dignidad y la identidad de la resistencia nació en las calles, y nadie que se arrastra ante los golpistas y la oligarquía nos va a dar lecciones morales de política”, advirtió Zelaya, en obvia alusión a Nasralla, un presentador de televisión devenido político.

El otrora mandatario aseguró que los sectores de la derecha no podrán “quemar la memoria ni la conciencia del pueblo, que en las urnas les va a dar la respuesta contundente: Rixi Moncada será presidenta”, refiriéndose a la candidata presidencial de Libre.

En términos similares se pronunció el vicecanciller y dirigente del partido oficialista, Gerardo Torres, quien denunció que se trató de una provocación deliberada y un acto de violencia política cometido por los liberales.

Torres acusó al PL de haber caído en lo más bajo y de estar lleno de “delincuentes, narcotraficantes y abusadores de menores”.

Auguró que, en las elecciones generales del próximo 30 de noviembre, Libre aplastará con votos al partido de Nasralla y del basurero de la historia no saldrán nunca más, enfatizó el vicecanciller.

A juicio del reconocido analista político Héctor Soto, que los miembros del Partido Liberal hayan quemado una bandera de Libre bajo las miradas y sonrisas complacientes de su presidenciable y sus principales líderes, es un error político costoso.

“Mostraron un acto reprochable de violencia política, justo cuando la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea ya está instalada en el país”, valoró Soto.

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