El mandatario también puso de relieve el evidente carácter «hostil hacia Rusia» de tales medidas restrictivas, así como el hecho de que estas no fortalecen «las relaciones ruso-estadounidenses, que apenas comienzan a recuperarse». «Sí, son serias para nosotros, por supuesto, eso está claro. Y tendrán ciertas consecuencias, pero no tendrán un impacto significativo, especialmente en nuestro bienestar económico», subrayó.
Putin expresó su convicción de que «ningún país o nación que se respete decide jamás algo en esas circunstancias. Rusia, sin duda, tiene el privilegio de ser y figurar entre esos países y naciones que se respetan».
Durante su primer mandato presidencial, el presidente Trump, como es bien sabido, aprobó la mayor cantidad de sanciones jamás impuestas contra Rusia, recordó el líder ruso.
También expresó su esperanza de que las recientes sanciones antirrusas «no provoquen cambios significativos en el mercado global», y coincidió con la Agencia Internacional de la Energía en «la necesidad de invertir en energías tradicionales».
En otro orden de cosas, el presidente ruso dijo que la respuesta de Rusia a un posible ataque con misiles Tomahawk contra su territorio «sería muy fuerte», sino abrumador. Que piensen en eso», declaró el mandatario ante la prensa.
Este jueves el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, supuso durante una conferencia de prensa que su país podría adquirir pronto los misiles de crucero Tomahawk u otras armas de largo alcance.
El vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, informó el pasado 28 de septiembre que la Casa Blanca consideraba entregar a Ucrania los misiles Tomahawk.
El 16 de octubre, Putin y su homólogo de EEUU, Donald Trump, sostuvieron una charla telefónica que duró más de dos horas y se centró en el conflicto en Ucrania.
Al término de la conversación, el asesor del presidente ruso para asuntos internacionales, Yuri Ushakov, dijo que ambos mandatarios trataron entre otros temas el posible suministro de Tomahawk a Ucrania.
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