De acuerdo con el Departamento de Salud Pública de esa provincia, desde el 9 de octubre fueron notificados 619 casos y continúan confirmando varias decenas de nuevos pacientes a diario.
Los más afectados son los infantes hasta nueve años, con 466 pacientes y nueve muertes.
La situación en Malanje es una muestra de la dispersión de la enfermedad en el país, donde desde enero hasta finales de septiembre se registraron más de seis mil casos de la dolencia y las provincias de Luanda, Uíge, Bié y Lunda-Sul son las más afectadas.
Según declaró a la Radio Nacional de Angola la coordinadora del Programa Nacional de Inmunización, Alda de Sousa, para contener la propagación los equipos de vigilancia epidemiológica realizan búsquedas casa por casa y en centros de salud.
Al mismo tiempo, se trabaja en la vacunación, movilizando a profesionales de la salud, trabajadores comunitarios y líderes locales, quienes sensibilizan a las familias sobre la importancia de la inmunización.
Alda de Sousa señaló que lamentablemente persisten en la población muchos mitos en torno a la enfermedad, pues se considera que todas las personas deben padecerla para estar protegidos, y cuanto más temprano mejor; de ahí que muchas familias no tomen medidas para aislar a sus infantes de otros enfermos.
De igual forma, existen creencias sobre el poder de vestimentas y cintas de color rojo, que supuestamente evitan el fallecimiento de los enfermos, por lo que algunos consideran innecesaria la vacunación.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que puede causar complicaciones graves como neumonía, diarrea intensa, encefalitis y, en casos extremos, la muerte, especialmente en niños pequeños y personas no vacunadas.
Si bien se puede prevenir con una vacuna segura y eficaz, el sarampión sigue representando un riesgo significativo en entornos con baja cobertura de vacunación.
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