La cita se celebró en la provincia tailandesa de Chanthaburi, los días 21 y 22 de octubre.
El portavoz del gobierno de Tailandia, Siripong Angkasakulkiat, negó este viernes una declaración online realizada por el primer ministro camboyano Hun Manet de que el JBC acordó utilizar un mapa a escala 1:200.000 y el Tratado Franco-Siamés de 1907 para demarcar la frontera de forma temporal.
Según afirmó, el único arreglo entre las partes fue encargar a la Subcomisión Técnica Conjunta (JTSC) la sustitución de 15 marcadores fronterizos dañados o faltantes, respetando las posiciones previamente acordadas, y la reconstrucción de tres marcadores sumergidos, cuyas coordenadas exactas se determinarán después.
También, convinieron en acelerar las revisiones de los Términos de Referencia de 2003 para permitir un nuevo proyecto de mapeo de ortofotos utilizando LiDAR (técnica de teledetección óptica que emplea láser) y tecnología avanzada para mejorar la precisión.
El Ejecutivo tailandés rechazó cualquier distorsión de los hechos y reafirmó su compromiso con la solución pacífica de los problemas fronterizos mediante mecanismos bilaterales, basados en los principios de buena vecindad.
El pleito entre estas naciones combina elementos históricos no resueltos pues la frontera entre Tailandia y Camboya fue cartografiada por Francia en 1907 (época colonial) pero sigue teniendo varios puntos sin demarcar, que han propiciado enfrentamientos a lo largo de los años.
La actual etapa de confrontaciones empezó el 24 de julio, con acusaciones mutuas de haber dado el primer disparo, y cobró la vida de 43 personas a ambos lados, entre ellos, varios civiles, además de causar decenas de heridos y el desplazamiento de casi 300 mil personas.
Tras cinco días de combates, representantes de los gobiernos contendientes acordaron un alto el fuego en reunión efectuada en Malasia, el 28 de julio.
Al momento de entrar en vigor el pacto, ambas naciones se acusaron de trasgredir el compromiso de paz y representantes de los respectivos ejércitos realizaron reuniones para controlar la situación y dar paso a un respaldo fáctico del importante mecanismo de desescalada.
Camboya elevó la disputa territorial a la Corte Internacional de Justicia, a inicios de junio, y justificó el acto como un intento de brindar una solución pacífica basada en el derecho internacional, en tanto, Bangkok abogaba por llegar a un acuerdo de forma bilateral.
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