Bol, que este año revalidó su corona mundial en los 400 metros con vallas con un tiempo de 51.54 en Tokio, se llevó por tercera vez el codiciado galardón, igualando la marca histórica del británico Mo Farah. La neerlandesa, símbolo de elegancia y potencia, cerró así otra temporada de ensueño.
Del lado masculino, Duplantis volvió a elevar el listón —literalmente— al fijar un récord mundial de 6,30 metros, su decimocuarto, también en la capital japonesa. Con esa marca, el sueco consolidó su dominio casi mitológico en el salto con pértiga y sumó su tercer trofeo continental consecutivo.
“Bol y Duplantis no solo ganan, sino que transforman el atletismo cada vez que compiten”, subrayó el presidente de la Federación Europea, Dobromir Karamarinov, en una gala que celebró la constancia, la técnica y la magia de dos deportistas que parecen no tener techo.
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