El titular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Marlon Vargas, anunció el cese del paro tras un mes de protestas debido a la brutal represión ordenada por el Ejecutivo, que dejó tres fallecidos y decenas de heridos.
“Exigimos al presidente Daniel Noboa desmilitarizar nuestras comunidades, liberar a los detenidos y reparar a las familias de las víctimas”, reclamó la Conaie, que aseveró que la “lucha no termina”.
Por otro lado, un grupo de expertos y relatores de Naciones Unidas expresó preocupación por la represión en Ecuador contra manifestantes, por “el grave deterioro de las libertades fundamentales y del espacio cívico, así como de los derechos de los pueblos indígenas”.
Mientras Noboa este viernes agradeció a la Policía y las Fuerzas Armadas por su actuación durante el paro, los representantes del organismo internacional denunciaron un uso desproporcionado de la fuerza, con la utilización de gases lacrimógenos y municiones letales.
Si bien el movimiento indígena no consiguió restituir el precio del diésel -medida que detonó el levantamiento-, la Conaie aseguró que continuarán las asambleas territoriales y se prepararán para la campaña por el No a la consulta popular y referéndum del 16 de noviembre venidero.
Con vistas a ese proceso, el Consejo Nacional Electoral (CNE) informó que la impresión de las papeletas tiene un avance del 30,13 por ciento y el día de la votación, al igual que en el proceso electoral anterior, estará prohibido tomar fotos durante el sufragio.
Dentro de tres semanas los ecuatorianos irán a las urnas para responder cuatro preguntas a propuesta de Noboa, entre ellas una con la cual busca llamar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.
Los ciudadanos, además, deberán responder si desean permitir la instalación de bases militares extranjeras, reducir el número de legisladores y eliminar el financiamiento público a organizaciones políticas.
“Estoy convencido de que la gente va a apoyar, porque quiere un cambio real”, señaló el mandatario en entrevista con la cadena estadounidense CNN.
En las declaraciones a ese medio el gobernante mencionó algunos sitios donde él considera que se podrían instalar bases militares extranjeras, entre ellos la isla Baltra, en las Galápagos, o también puntos de las provincias costeras de Santa Elena o Manabí.
«Baltra ha sido un punto estratégico. De ahí se controla la pesca ilegal. En la segunda guerra mundial Baltra fue una base militar de los Estados Unidos», dijo el presidente.
Asimismo, se refirió a sus intenciones de redactar una nueva Carta Magna con la apertura a la inversión extranjera como uno de los ejes principales del texto constitucional.
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