Arce se refirió al anuncio del flamante mandatario elegido con un respaldo del 54,91 por ciento de los votos de que reanudará las relaciones diplomáticas con el país norteamericano, interrumpidas desde 2008, y que ya inició gestiones ante Washington para garantizar el suministro de combustibles durante los primeros días de su mandato.
«Una cosa es traer gasolina y diésel para el 8 o 9 de noviembre, pero el problema es mantener durante los 365 días el abastecimiento (…). Llama la atención el alto compromiso que está adquiriendo Paz con Estados Unidos e inclusive con Israel (…)”, comentó el dignatario.
“Se ha hablado que la DEA (Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos) va a volver (…). Los logros como expulsar a la DEA, prescindir de toda influencia extranjera en el manejo de los recursos naturales, pueden quedar de lado en favor de los intereses de Europa y Estados Unidos, agregó el mandatario.
Añadió el presidente que existen intereses extranjeros en las riquezas naturales de Bolivia, como el litio, las tierras raras y otros minerales, “prácticamente toda la materia prima que necesita un país desarrollado para no perder esta guerra económica internacional por la hegemonía mundial”.
Respecto a los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), sin embargo, opinó que la situación será diferente.
“(…) Creo que el nuevo Gobierno lo va a utilizar más como una plataforma para entrar a grandes mercados, pero sin un compromiso político e ideológico con la multipolaridad, que es lo que plantean los Brics”, explicó Arce.
Entre 2020 y la fecha actual, como parte de su política exterior, el Gobierno de Arce logró la inclusión del país andino amazónico como miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur) y como Estado asociado a los Brics.
Permaneció, además, en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y resaltó por su protagonismo en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), todo lo cual consolidó una línea de integración Sur–Sur y cooperación multipolar.
En dirección contraria, Paz definió su política alineada con Washington en una entrevista concedida a la cadena norteamericana Fox.
“Nosotros somos un proyecto que entiende que Bolivia no come de ideologías (…)”, aseguró, y reiteró su distanciamiento de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Como resultado, el ALBA suspendió este viernes a Bolivia por lo que calificó de conducto “proimperialista y colonialista”.
Por su parte, el canciller de Venezuela, Yván Gil, en un comunicado expresó a Paz que “usted representa a las elites que quieren convertir a Bolivia en una colonia y no podrá, no trate de engañar, usted los representa”.
Al recordar que Bolivia fue liberada y fundada como Estado hace 200 años por Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, Gil señaló que el mandatario electo asume una posición “antibolivariana, antilatinoamericana, proimperialista y procolonial”.
En referencia a los aportes de la colaboración del ALBA con el Estado Plurinacional, recordó que tres millones de bolivianos recuperaron la vista por la Misión Milagro.
Sobre la educación, enumeró que un millón de personas aprendieron a leer y escribir, gracias al programa Yo Sí Puedo, que permitió declarar a Bolivia territorio libre de analfabetismo.
Igualmente, agregó que se impulsaron programas de salud pública, cooperación energética y desarrollo agrícola en beneficio directo de las familias bolivianas.
Eso es integración real, basada en la hermandad entre pueblos, no en la sumisión extranjera que usted ahora defiende disfrazada de «apertura al mundo», declaró el jefe de la diplomacia venezolana.
“Desde Venezuela lo decimos con claridad: el ALBA es solidaridad, soberanía y dignidad. Con los pueblos siempre; con los que se entregan al tutelaje de Estados Unidos, jamás”, concluye el escrito del canciller Gil.
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