Sobre la cancha central del St. Jakobshalle, el malagueño de 26 años exhibió un tenis firme y cerebral para vencer a “El Comandante” Humbert, actual número 24 del mundo, quien abandonó después de caer 6-7 (4/7) en el primer parcial e ir debajo 1-3 en el segundo.
El encuentro fue un pulso de estilos: la sobriedad y elasticidad del español frente al juego agresivo del francés, dueño de siete títulos ATP y doble monarca en Marsella. Pero esta vez, Davidovich fue quien dictó la estrategia durante todo el desafío.
Sin títulos aún en su vitrina, el número 18 del escalafón universal buscará mañana romper ese hechizo en la final ante el brasileño Joao Fonseca, quien venció más temprano al también español Jaume Munar por 7-6 (7/4) y 7-5.
Basilea aguarda una definición con aire de epopeya: un veterano sin coronas frente al joven prodigio sudamericano que desafía a los pronósticos.
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