miércoles 17 de diciembre de 2025

Corazón y vida en sus barrios

Buenos Aires, 26 oct (Prensa Latina) La esencia de Buenos Aires no está en los rascacielos de Puerto Madero o Retiro, o en los finos apartamentos de Belgrano. La real inmanencia de esta ciudad está en su gente, en los barrios con sus cafés, bares, cafetines, en sus parques y plazas, en los pequeños comercios y las ferias populares de fines de semana.

En ellos la vida transcurre de otra manera, los vecinos se encuentran con su identidad, la vecindad espiritual que los arrulla, con la argentinidad que el tiempo va creando como médula patrimonial de su existencia.

La ciudad de Buenos Aires, fundada en 1536 y refundada en 1580, está dividida oficialmente en 48 barrios, que a su vez se agrupan en 15 comunas. Cada uno tiene su identidad: tanguero, elegante, moderno, de clase trabajadora, de inmigrantes.

La Boca y San Telmo son cunas del tango, también lo es Abasto, por su vínculo con Carlos Gardel y su antiguo mercado sobre la icónica Avenida Corrientes, y Boedo, otro epicentro tanguero con su notable café El Viejo Ciego, aunque esta expresión musical también tiene fuerte presencia en Caballito, Almagro y otros sectores de la ciudad.

Los barrios son identidades que reflejan la historia, cultura y diversidad de esta ciudad porteña que creció y se enriqueció con oleadas de inmigrantes que aportaron sus costumbres, hábitos, gustos culinarios, artes musicales y bailables.

Más allá de una simple división administrativa, cada arrabal es un crisol de características demográficas, arquitectónicas y culturales, desde el estilo bohemio de San Telmo hasta la elegancia de Recoleta o la modernidad de Palermo y Puerto Madero.

La Boca, por ejemplo, es conocido por sus coloridas calles, el club Boca Juniors y sus ferias de artesanías y arte urbano; San Telmo, por su parte, se distingue por ser un barrio antiguo y tradicional, sede del Casco Histórico y de las tanguerías.

En cambio, Recoleta es una comuna elegante, que denota la opulencia de los bolsillos de sus habitantes con importantes edificios y su célebre cementerio. Entre varias galerías que allí atesoran piezas de alto valor, está el Museo de Bellas Artes sobre la amplia Avenida del Libertador, dándole la espalda a la icónica Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Un poco más al norte, por la Avenida del Libertador o por la de Santa Fe se llega a Palermo, cuya vida la animan parques, tiendas de diseño y una vibrante vida nocturna y gastronómica con cafés y restaurantes de diversa oferta. El área conocida como Los Bosques de Palermo es el sitio idóneo para ir a trotar, hacer un picnic o simplemente tirarse a la sombra y dejarse llevar por el murmullo del verde follaje.

En Palermo, frente a la Plaza Italia, está La Rural, el principal y más espacioso recinto ferial de Buenos Aires, sede de importantes ferias internacionales como la del Libro, la de Turismo o la Agropecuaria.

Inspirado en un barrio londinense está Palermo Soho, donde convive el arte urbano y las boutiques de diseño, junto con los bares y restaurantes de moda. En los alrededores de las plazas Julio Cortázar y Serrano se concentran los cafetines, bares y establecimientos más auténticos, además de las habituales ferias artesanales.

Belgrano acoge a nuevos acaudalados que viven en inexpresivos condominios de lujosos apartamentos ―como los hay en cualquier otra ciudad―, y las embajadas de diversas cancillerías. No obstante, hay un cuartón que no tiene nada que ver con la notable opulencia del lugar, el llamado Barrio Chino, pequeño aunque colorido, atractivo e interesante.

Allí la cultura china está muy presente con restaurantes y comercios de especialidades. Un típico arco con dragones da la bienvenida a los visitantes en la esquina de Juramento y Arribeños, por donde el paseante puede adentrarse a vivir una vivencia diferente. Nació en la década de 1980 con la llegada de inmigrantes asiáticos, en especial de Taiwán.

Ahora, si se quiere tener una experiencia típica porteña los denominados café-restaurantes Notables son los sitios idóneos para un desayuno, almuerzo o cena sin apuro, para sentir con calma la vida alejado del bullicio citadino. Los Celtas, en la esquina de Sarmiento y Rodríguez Peña, es uno de ellos.

Para disfrutar de interpretaciones de tango y también de géneros folclóricos como el chamame, la chacarera y la zamba El Ciego Viejo, en la esquina de San Juan y Boedo, es el lugar sugerido, entre muchos otros, y para aprender a bailarlo El Beso, la Casa de la Milonga Permanente, en Avenida Corrientes y Riobamba.

Los barrios de Buenos Aires ofrecen un sentido de arraigo y pertenencia, con tradiciones y costumbres únicas que hacen sentir orgullosa a su gente, más si tienen un club de fútbol que los enaltece. Adentrarse en ellos es sentir su diversidad de historias, arte y cultura que a lo largo de los años han conformado la identidad de esta urbe que creció con su puerto.

(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de orbe)

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