En el cantón Rocafuerte, del territorio manabita, ocho personas fueron asesinadas este sábado y una resultó herida durante un ataque armado contra personas que se encontraban jugando naipes en el interior de una vivienda.
De acuerdo con el reporte policial citado en la prensa local, cuatro personas murieron en el lugar y las otras fallecieron horas después en un hospital debido a la gravedad de las heridas.
El hecho ocurrió pocas horas después de otra masacre registrada en un billar de Santo Domingo, donde cinco personas fueron asesinadas, y se suma a una ola de violencia que mantiene en alerta a las autoridades.
En la madrugada también se reportaron otros dos ataques armados en las provincias de Santa Elena y Los Ríos, que dejaron seis muertos en hechos aparentemente vinculados con ajustes de cuentas por deudas relacionadas con microtráfico y rivalidades entre bandas criminales.
Con estos episodios, Ecuador continúa sumido en una crisis de seguridad sin precedentes que entre enero y septiembre dejó más de seis mil 700 homicidios, y las proyecciones apuntan a que el país podría cerrar el 2025 con más de nueve mil muertes violentas.
El Gobierno insiste en que enfrenta un conflicto armado interno desde enero de 2024, cuando el presidente Daniel Noboa declaró la guerra a las bandas delictivas.
Pese a la militarización, numerosos decretos de estados de excepción y el compromiso de las autoridades de enfrentar el crimen, los homicidios siguen al alza y la población exige respuestas.
Ecuador atraviesa uno de los periodos más sangrientos de su historia reciente, con un promedio de 25 homicidios diarios, según las cifras del Ministerio del Interior.
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