Tras la edición de Budapest 2025, la cita deportiva regresará a una ciudad que ya dejó huella en 2018 por su ambiente encendido y sus combates memorables. Con una tradición consolidada y figuras de talla olímpica, Azerbaiyán se prepara para reeditar aquel espectáculo que unió pasión, técnica y emoción sobre el tatami.
“Estamos muy contentos de volver a Bakú, una sede que garantiza excelencia dentro y fuera del tatami”, afirmó el presidente de la Federación Internacional de Judo (IJF), Marius Vizer, al confirmar el anuncio. Recordó además que el país ha demostrado su poderío deportivo con dos títulos olímpicos en París 2024 y su impecable organización del Grand Slam anual.
Por su parte, el presidente de la Federación Azerí, Rashad Nabiyev, aseguró que recibir nuevamente el Mundial “es un orgullo y un compromiso con los valores del judo: respeto, disciplina y amistad”. Añadió que el evento servirá de impulso a las nuevas generaciones y fortalecerá el movimiento nacional.
El apoyo directo del presidente Ilham Aliyev al desarrollo del judo ha sido clave para que Azerbaiyán se consolide como potencia de este arte marcial, tanto en resultados deportivos como en su proyección educativa y social.
El Mundial 2026, antesala de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, promete reunir a los mejores judocas del planeta en una semana de combates intensos, emoción sin tregua y un mensaje claro: el judo vuelve a Bakú para brillar como nunca.
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