En declaraciones de la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez tras finalizar una reunión de ese órgano, explicó que ese acuerdo marco data de 2015 con una vigencia de 10 años y que de manera automática fue renovado en febrero pasado por otros cinco años.
Refirió que el Artículo tres en su numeral tres atribuye las competencias para que “cualquiera de las partes denuncie” este pacto, el cual es “amplio en materia de cooperación energética” para el tratamiento de los yacimientos conjuntos de gas, infraestructuras, ejecución de proyectos y monetización de recursos conjuntos.
La ministra venezolana de Hidrocarburos recalcó que se trata de un acuerdo muy amplio y de manera responsable le “estamos proponiendo al Jefe de Estado denunciarlo de manera inmediata y, en consecuencia, entre en suspensión todos los acuerdos gasíferos”.
Rodríguez manifestó que se trata de un país hermano, vecino y con sólidos lazos históricos entre las Repúblicas y de amistad entre los pueblos, pero su primera ministra Kamla Persad-Bissessar “decidió plegarse a la agenda guerrerista de Estados Unidos”, acotó.
Denunció que con su posición agrede a un pueblo hermano del Caribe, a Venezuela, a Colombia y a Sudamérica, de “una mera sorprendente”, aseveró.
La vicegobernante apuntó que Persad-Bissessar se creyó “los pajaritos preñados” que le vendieron desde Estados Unidos el secretario de Estado, Marco Rubio, de que pueden invadir a la República Bolivariana para tomar el gas.
El único camino, remarcó, es la cooperación energética y por eso la Junta Directiva de Pdvsa propuso esas decisiones al dignatario.
Insistió, asimismo, que el “camino es la paz y la hermandad de nuestros pueblos”, la cooperación, pero la Primer Ministra trinitense “decidió convertir a ese país en un portaviones y en una colonia militar de Estados Unidos», para prestarse al plan guerrerista contra Venezuela en una guerra por el petróleo y el gas.
Rodríguez aludió la comunicación transmitida por el canciller venezolano, Yván Gil, a las autoridades trinitenses, en la cual le informó que está en marcha una provocación de falsa bandera en la que “pretenden atacar instalaciones o equipamiento militar estadounidense para culpar a Venezuela”.
Se refirió a la detención de un grupo de personas vinculadas a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos que ya “suministraron información suficiente” para denunciar ante la comunidad internacional la nueva provocación, que busca escalar la agresión de la nación norteña contra la República Bolivariana.
No es un conflicto, es la agresión militarista de Washington contra este país por el petróleo y el gas como lo denunció el presidente Nicolás Maduro y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, “una guerra por el petróleo y los hidrocarburos lo que se pretende instalar”, subrayó.
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