En declaraciones a la prensa, el vocero de la ciudad, Asem al-Nabih, señaló que las medidas implementadas hasta ahora no proporcionaron ni siquiera el nivel más básico de servicios a los residentes de la Franja.

Todavía estamos en la fase de emergencia y la recuperación no puede comenzar hasta que lleguen los suministros necesarios, subrayó.

Al-Nabih acusó al Ejército israelí de violar sistemáticamente el alto el fuego en el enclave costero, donde murieron más de 68 mil personas como consecuencia de la guerra iniciada en octubre de 2023.

Más de un cuarto de millón de toneladas de residuos están acumulados a lo largo y ancho de la urbe más grande la Franja, apuntó.

Esa situación, destacó, sumada a la grave escasez de agua potable y a las crecientes fugas de aguas residuales, provocó un desastre medioambiental y sanitario que amenaza la vida de cientos de miles de ciudadanos.

La Municipalidad de Gaza se encuentra en estado de emergencia, sin poder iniciar el proceso de recuperación ni restablecer los servicios debido a la falta de recursos, combustible y equipamiento, recalcó.

Al respecto, el funcionario detalló que las tropas israelíes destruyeron el 85 por ciento de los vehículos pesados y medianos de la municipalidad durante los dos años de conflicto, lo cual paralizó las operaciones de recolección de residuos y mantenimiento.

Tampoco podemos acceder al principal vertedero de residuos en el área de Jhar al-Dik porque los militares impiden el ingreso a la zona, criticó.

El portavoz alertó que esas condiciones provocaron la propagación de roedores e insectos, lo cual, a su vez, amenaza con desatar epidemias.

Ante esa crisis, solicitó una intervención internacional urgente para obligar al vecino país a permitir el ingreso de equipos, el combustible y los suministros necesarios.

“La crisis se agravará y los ciudadanos correrán el riesgo de morir por enfermedades y epidemias a menos que se actúe con rapidez”, aseguró.

Al respecto, señaló que, pese al fin de las operaciones militares, la población de Gaza sigue viviendo en terribles condiciones humanitarias, con el colapso casi total de la infraestructura y las persistentes restricciones israelíes.

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