El embajador de Cuba en Ecuador, Basilio Gutiérrez, resaltó que la isla mantiene una deuda histórica con África y que la solidaridad entre ambos continentes ha sido recíproca.

El diplomático mencionó que mientras se desarrollaba el encuentro, -organizado desde Quito por la Cátedra África, Medio Oriente y Asia de la Universidad de Tifariti-, inició el debate en Naciones Unidas sobre la resolución que Cuba presenta anualmente contra el bloqueo de Estados Unidos.

“Se trata de una batalla por el derecho internacional, porque prevalezca la justicia y la solidaridad entre los pueblos”, señaló el representante de la nación caribeña, que destacó el apoyo histórico de los países africanos a Cuba en esa causa.

Resaltó el espíritu de resistencia africana como parte esencial de la identidad nacional cubana y agregó que esa herencia se expresa en la solidaridad, el sentido colectivo, la hospitalidad y la rebeldía que definieron las luchas por la independencia.

En el caso de Ecuador, Gaby Arroyo, coordinadora de la Mesa de Etnoeducación de Esmeraldas, en el norte del país andino, explicó que los afrodescendientes aquí enfrentan invisibilización estructural y falta de políticas públicas adecuadas.

Señaló que la africanidad se manifiesta en la marimba de Esmeraldas, en la “bomba” (ritmo y danza de la sierra ecuatoriana) y la oralidad ancestral, y destacó la importancia de la unidad y la educación etnohistórica para fortalecer la identidad afroecuatoriana.

Arroyo recordó que fue con la Constitución de 2008 que el Estado reconoció oficialmente al pueblo afro como parte fundamental de la nación, aunque cuestionó los resultados del censo poblacional de 2022, que mostró una reducción del porcentaje de población afrodescendiente.

“No es casualidad. Es una invisibilización estructurada”, advirtió, al tiempo que denunció la falta de políticas públicas que atiendan las necesidades históricamente postergadas de estas comunidades.

Desde Venezuela, Solcire Pérez, del movimiento Trenzas Insurgentes, propuso una lectura decolonial de la herencia africana, más allá del relato de la esclavitud.

“Nosotros nos reconocemos en África como madre de la humanidad, desde antes de la trata y del racismo”, sostuvo.

Pérez destacó que la afrovenezolanidad combina el legado africano con las raíces indígenas y árabes, y que su esencia está presente en todos los ámbitos de la vida: el lenguaje, la música, la espiritualidad y la resistencia política.

El diálogo permitió entrelazar tres visiones complementarias sobre el aporte africano a la identidad latinoamericana y evidenció que, pese a siglos de esclavitud, racismo y discriminación, las comunidades afrodescendientes continúan preservando sus raíces.

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