Con siete votos parlamentarios que permitieron a Pedro Sánchez continuar en el Palacio de la Moncloa en 2023, Junts se aparta del Gobierno de coalición y sin dudas le pondrá las cosas más difíciles al Ejecutivo.

Aunque las primeras reacciones del PSOE y de la Moncloa son de tranquilidad en seguir conduciendo las riendas de España, el alejamiento de Junts que preside desde el exilio Carles Puigdemont, todavía prófugo de la justicia, supondrá como mínimo una suerte de boicot a las principales iniciativas de la administración.

De hecho, se da por descontado que el grupo independentistas, considerado de derechas, no apoyará el intento de Sánchez de adelantar el presupuesto nacional del Estado.

El secretario general de Junts, Jordi Turull, en un primer pronunciamiento, descartó este martes una eventual reunión entre Puigdemont y Sánchez, que pudiera rescatar los nexos entre los partidos.

Muchos analistas creen que la decisión de Junts se relaciona con la pérdida de influencia en su región, especialmente después del ascenso de Alianza Catalana, un partido de corte ultraderechista.

«Nosotros estamos en la fase ya de los hechos. De las palabras ya hemos oído decir tantas y tantísimas», remarcó Turull expresando la decepción de su partido con el PSOE y el Ejecutivo.

La aplicación de la amnistía a los secesionistas presos por actos de rebeldía en 2017 en pos de la independencia de Cataluña, fue una de las medidas estrellas y más criticadas a Sánchez por la oposición.

Sin embargo, no pudo neutralizar el bloqueo de la justicia a normalizar la situación de Puigdemont, ni tampoco convencer a la Unión Europea (UE) de incluir al idioma catalán como parte de la canasta oficial del bloque comunitario.

Al mismo tiempo, Turull dijo que se realizará una consulta con la militancia de su organización a la que peguntará si se está de acuerdo o no con la propuesta de la dirección nacional de dar por finalizar el acuerdo de investidura con el PSOE.

De forma indirecta se distanció de la posibilidad de que Junts se alinearía con el Partido Popular (PP) y la ultraderecha de Vox, para una moción de censura contra el Gobierno.

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