Según el parte del ente castrense publicado este jueves en su página oficial de Telegram, 48 vehículos aéreos no tripulados de ala fija fueron abatidos la región de Briansk; 21 en Vorónezh; 16 en Nizhni Nóvgorod; 15 en Kaluga; 14 en Rostov; 10 en Kursk, y nueve sobre la provincia de Moscú.
La cartera militar añadió que, además, nueve drones fueron destruidos sobre la región de Tula; cinco en Riazán, igual número sobre Volgogrado y sobre Nóvgorod; cuatro en Bélgorod, al igual que en Oriol, así como sobre la península de Crimea; y uno en la provincia de Lípetsk.
Las autoridades de la región de Vorónezh anunciaron que un gimnasio escolar resultó dañado tras los ataques nocturnos. No hay información sobre heridos.
Desde el 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó una operación militar especial en Ucrania, según el presidente, Vladimir Putin, para proteger a la población de «un genocidio por parte del gobierno de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional.
Los ataques con drones lanzados desde Ucrania contra objetivos militares y civiles en la retaguardia rusa se han convertido desde entonces en una práctica habitual.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, así como la península de Crimea, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
Durante los últimos meses, Ucrania centró sus ataques con drones en refinerías, depósitos de combustible y otras instalaciones de la industria petrolera de Rusia, principalmente en las provincias fronterizas, pero también en zonas más remotas como Nizhni Nóvgorod, Baskortostán o Tartarstán.
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