Según publicó el portal de Syria TV, Pinheiro destacó ante la 80ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, que el pueblo sirio tiene ahora una oportunidad histórica para reconstruir su nación sobre los pilares de la dignidad, la justicia y el respeto a los derechos humanos.

El funcionario señaló que, por primera vez desde su creación en diciembre pasado, la Comisión pudo acceder al territorio sirio, lo cual calificó como un paso decisivo para fortalecer los procesos de verdad, justicia y rendición de cuentas.

Asimismo, resaltó los progresos logrados en la conformación de la Comisión de Justicia Transicional y de la Comisión Nacional sobre Personas Desaparecidas, instituciones claves, según aclaró, para garantizar justicia a las víctimas y evitar la repetición de violaciones a los derechos humanos.

Pinheiro informó que las autoridades sirias facilitaron el acceso de los equipos de investigación a diversas zonas del país, incluidas las gobernaciones de Latakia, Tartus y Sweida, lo que permitió un trabajo de verificación directa sobre el terreno.

No obstante, alertó que la persistencia de la violencia extrema en los últimos meses genera preocupación respecto a la capacidad de las autoridades para poner fin a los ciclos recurrentes de confrontación. Según sus datos, alrededor de mil 400 personas, entre ellas mujeres y niños, fueron asesinadas en masacres ocurridas en las gobernaciones de Latakia, Tartus y Hama, algunas presuntamente a manos de miembros de las fuerzas de seguridad.

El informe presentado ante la Asamblea documenta graves violaciones de derechos humanos, incluidas ejecuciones sumarias, mutilación de cuerpos y agresiones con motivaciones sectarias. Estas circunstancias, afirmó Pinheiro, provocaron el desplazamiento de miles de personas hacia el Líbano, ante el temor de una prolongación de la crisis.

El jefe de la Comisión relató que sus equipos visitaron Sweida y las zonas rurales cercanas, severamente afectadas por los enfrentamientos de julio pasado. Allí constataron la destrucción masiva de aldeas drusas, que fueron saqueadas e incendiadas, y donde se desconoce el paradero de cientos de desaparecidos.

Pinheiro insistió en que el camino hacia un futuro seguro y estable en Siria requiere un proceso de rendición de cuentas transparente y riguroso por todas las violaciones cometidas, tanto en los sucesos de marzo y julio como en incidentes posteriores a la creación del gobierno interino.

Enfatizó que restablecer la confianza entre los sirios exige un diálogo inclusivo y esfuerzos sostenidos por la justicia y la reconciliación.

El comisionado reconoció que los desafíos que enfrenta Siria son considerables y subrayó la necesidad de un apoyo coordinado de los Estados miembros de la ONU para superarlos.

Finalmente, valoró positivamente las medidas adoptadas por algunos países y por la Unión Europea para aliviar las sanciones, las cuales han contribuido a mejorar las condiciones de vida de la población. Sin embargo, instó a la comunidad internacional a aumentar su apoyo financiero, especialmente mediante la financiación del Llamamiento Humanitario de la ONU para 2025, que hasta ahora solo ha recibido el 19 por ciento de los recursos requeridos.

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