En un comunicado oficial al responder a la decisión del presidente Donald Trump de fijar un cupo de siete mil 500 plazas para ese grupo, el ministerio de Relaciones Internacionales y Cooperación (DIRCO) subrayó que la iniciativa estadounidense se basa en la desacreditada teoría de un “genocidio blanco” en Sudáfrica, carente de evidencia confiable y rechazada abiertamente por miembros prominentes de la propia comunidad afrikáner.
La cancillería enfatizó que mientras la Constitución nacional garantiza el derecho de cualquier ciudadano a emigrar por canales legales, existe una diferencia crítica entre la migración voluntaria y la condición de refugiado, cuya confusión conlleva significativas consecuencias jurídicas para los individuos y socava los sistemas internacionales de protección.
“Un programa diseñado para facilitar su inmigración y reasentamiento como refugiados es fundamentalmente defectuoso. La limitada aceptación de esta oferta por sudafricanos es un indicador revelador de esta realidad”, afirmó el Ministerio.
En el texto, DIRCO recordó que Sudáfrica valora su asociación estratégica con Estados Unidos y mantiene su compromiso de colaborar en temas de preocupación mutua a través del diálogo y el respeto compartido por el derecho internacional y la soberanía nacional.
La respuesta gubernamental se produce después de que la administración Trump publicara la víspera un documento que mantendría mayoritariamente cerrado el sistema de refugiados estadounidense en 2026 para millones de personas que huyen de condiciones inseguras en el mundo, exceptuando ese programa específico para afrikáners.
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