“El encuentro marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, orientada a fortalecer el diálogo, la cooperación y el entendimiento mutuo, en beneficio de los pueblos de Bolivia y de los Estados Unidos”, aseguró un comunicado de la oficina del flamante mandatario.

Bolivia redujo las relaciones con Estados Unidos en 2008 al nivel de encargados de negocios, cuando el entonces presidente Evo Morales expulsó al embajador de ese país, Phillip Goldber, por injerencia en los asuntos políticos internos de la nación andina amazónica.

Sin embargo, tras el triunfo de la derecha liberal en las elecciones generales del 17 de agosto último y la derrota provocada por la división del bloque nacional popular, Paz, quien se declaraba centro derechista, decidió distanciar al país de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y alinearlo con la política fondomonetarista del Gobierno de Estados Unidos.

Tras su victoria en las urnas, aseguró que no invitará a su toma de posesión a los líderes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, países que mantienen una política independiente de la línea trazada por la Casa Blanca.

En respuesta, los Estados del ALBA decidieron suspender hace una semana al gobierno que se instalará en Bolivia, “debido a que su conducta antibolivariana, antilatinoamericana, proimperialista y colonialista no se encuentra acorde con los principios del bloque integrador”.

Aclararon que esta suspensión “no afecta los vínculos permanentes, afectivos y solidarios que mantenemos con el pueblo boliviano, con el cual seguiremos trabajando y acompañando en su desarrollo y bienestar”.

El texto, asimismo, expresó que las declaraciones públicas emitidas contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, “son totalmente inaceptables”, al desconocer los principios de respeto, soberanía y cooperación que sustentan la integración de los pueblos de Nuestra América y los valores fundacionales de la Alianza.

La medida de suspensión se mantendrá mientras se evalúan las condiciones políticas en Bolivia, “con el objetivo de proteger los principios fundacionales del ALBA y garantizar que la organización continúe siendo un instrumento de unidad, soberanía y justicia social para todos los pueblos de Nuestra América”.

En correspondencia con lo denunciado por los países del ALBA, Paz fue recibido este viernes en Estados Unidos por el representante de la ultraderecha norteamericana y secretario de Estado, Marco Rubio, al igual que por su adjunto, Chris Landau.

Tras las pláticas, Landau destacó la reanudación de la cooperación y la amistad entre ambos países, luego de “20 años de distanciamiento”.

Por su parte, tras reunirse con el flamante dignatario electo, el subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Nigel Clarke, afirmó que el organismo está “dispuesto a apoyar a Bolivia” para impulsar reformas económicas (…)”.

“Reunión muy constructiva con el presidente electo de Bolivia Rodrigo Paz sobre los complejos y multifacéticos desafíos económicos del país (…)”, escribió.

De su lado, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, aseguró que Bolivia puede contar con esa institució para construir lo que denominó “un futuro más próspero”.

José Luis Lupo, miembro del equipo económico del presidente que será posesionado en el cargo el próximo 8 de noviembre, destacó el recibimiento positivo por parte de autoridades de la potencia del Norte y organismos internacionales, y afirmó que ya se están abordando los temas más urgentes para el país, desde la lógica neoliberal.

En este contexto, la embajada de Venezuela en Bolivia suspendió la atención de nuevos trámites, citas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería y servicios de apostilla desde el 31 de octubre.

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