De acuerdo con un parte divulgado en el sitio digital informativo del canal televisivo RAI News el trabajador, un inmigrante rumano de 66 años, falleció en el Hospital Umberto I, al que fue trasladado luego de que, tras intensos esfuerzos, los rescatistas lograron evacuarlo, aún con vida pero en condiciones críticas.

Una parte de ese histórico edificio, situado en la avenida Largo Corrado Ricci, en el barrio romano de Monti, colapsó alrededor de las 11:20 hora local del pasado lunes, mientras que el segundo desplome tuvo lugar una hora y media después.

Los desastres ocurrieron mientras una brigada de la construcción laboraba en la restauración de esa torre del siglo IX, de gran valor patrimonial, con la realización de demoliciones en el interior para aligerar el peso de esa estructura, con 29 metros de altura, según un reporte publicado en el diario La Stampa.

De los nueve trabajadores que se encontraban en la obra en esos momentos, cuatro quedaron atrapados bajo los escombros, pero en las primeras horas tres fueron rescatados por los socorristas, incluido un hombre de 64 años que fue trasladado al Hospital San Giovanni en estado crítico, mientras que dos presentaron lesiones leves.

Los equipos de bomberos, integrados por 140 expertos, continuaron sus labores de rescate en esa instalación, próxima a la Vía de los Foros Imperiales, para tratar de salvar al obrero que permanecía atrapado, pero las difíciles condiciones, bajo peligro de nuevos desplomes, dificultaron las acciones.

Símbolo de la Roma medieval, esta edificación también conocida como Torre Maggiore fue erigida en el año 858 por Pietro dei Conti di Anagni, sobre las ruinas del Templo de la Paz, construido por el emperador Vespasiano, y posteriormente fue ampliada en 1203 por el papa Inocencio III para su familia, los condes de Segni.

El poeta y filósofo italiano del siglo XIV, Francesco Petrarca, llegó a considerarla como “única en el mundo”, pero resultó dañada por tres terremotos, entre 1348 y 1644, y su actual altura corresponde únicamente a la base de la misma, pues originalmente medía casi 60 metros.

A finales del siglo XVII, el papa Alejandro VIII añadió dos contrafuertes que aún se conservan, pero en los siglos siguientes fue abandonada, utilizada como granero e incluso como depósito de carbón, hasta ser posteriormente reconocida por los especialistas entre los tesoros arquitectónicos de Italia.

La Fiscalía de Roma ordenó la investigación de las causas de este derrumbe parcial de la Torre dei Conti, con posibles cargos por negligencia grave y homicidio culposo, agrega la fuente.

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