En el contexto de la Cumbre de Líderes de la 30 Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), que sesiona aquí este jueves y mañana, la administración de Luiz Inácio Lula da Silva oficializó un paquete de inversión verde destinado a comunidades amazónicas y ribereñas.
La iniciativa, que busca fortalecer cadenas productivas sostenibles y generar ingresos sin deforestación, será administrado por el Banco do Brasil y beneficiará a más de tres mil 500 familias, priorizando mujeres, jóvenes e integrantes de pueblos indígenas.
«Queremos que la transición ecológica ocurra con justicia social, y no dejando a nadie atrás», expresó recientemente la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, al presentar el proyecto en la capital del norteño y amazónico estado de Pará.
Tal financiamiento impulsará emprendimientos de base comunitaria en áreas como reforestación, biocosmética, cacao, caucho, aceites esenciales y productos forestales no maderables.
El Gobierno estima que, en su primera fase, el programa generará casi 20 mil empleos verdes directos e indirectos. «Cada familia será protagonista del desarrollo sostenible brasileño», afirmó Silva.
Según la presidencia de la COP30, la medida busca mostrar que el país anfitrión “habla con hechos” al conectar la política climática con la reducción de desigualdades.
«Belém será el punto de encuentro entre la ciencia, la acción climática y la gente que vive del bosque», comentó el embajador André Corrêa do Lago, presidente del foro.
La inversión se inscribe en el marco del Plan Nacional de Bioeconomía, que prevé movilizar hasta dos mil millones de dólares para 2030 en proyectos regionales de transición ecológica.
Con esta estrategia, Brasil pretende consolidarse como líder del Sur Global en biodiversidad, innovación verde y desarrollo sostenible.
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