Desde la tribuna de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), que sesiona en Belém, Castro levantó su voz para señalar al capitalismo como el principal verdugo ambiental y llamó a poner fin a sus atrocidades para proteger a la humanidad.
La mandataria denunció que ese modelo económico devora los bosques, seca los ríos y condena al hambre y desplazamientos a millones de seres humanos.
“El cambio climático no es un pronóstico, es una herida abierta que sangra en nuestros pueblos. Debemos exigir ante las Naciones Unidas el cese inmediato de las guerras que destruyen el planeta. Condenar el terrorismo en todas sus formas”, afirmó.
En su discurso en la sesión plenaria de la cumbre climática, la jefa de Estado señaló que la Tierra tiene derecho a vivir libre de abusos, explotación y violencia.
Tras llamar a liberar al planeta del abuso y del egoísmo, Castro abogó por que esta COP30 sea recordada como la cumbre donde el sur dejó de pedir permiso y comenzó a exigir respeto.
Lamentó que los países tropicales, vitales como reserva de oxígeno, sean los más castigados por la desigualdad climática.
Recordó que, en la COP28, “denuncié que 100 corporaciones generan el 71 por ciento de las emisiones contaminantes, mientras el norte global, con apenas el 10 por ciento de la población, produce más de la mitad de los gases que destruyen el clima”, acentuó.
La presidenta de Honduras reiteró el paquete de propuestas que presentó en la COP28, celebrada en 2023 en Dubái, en su condición de titular de la Coalición de Países Bosques Tropicales, orientadas a que la naturaleza y la vida humana sean reconocidas como bienes supremos universales, enfatizó.
Entre las acciones mencionó el cese inmediato de las guerras que devastan el planeta, la condena del terrorismo en todas sus formas y que el genocidio contra el pueblo palestino en Gaza no quede impune.
Además, demandó la erradicación del lucro depredador que destruye bosques, ríos y tierras ancestrales, y la reducción del consumo irracional de recursos por parte de las potencias industrializadas.
Castro propuso una iniciativa global para que acreedores y organismos internacionales permitan convertir parte de la deuda externa en inversiones para desarrollo ambiental y mitigación climática.
También exigió el cumplimiento de los acuerdos de la Convención Mundial de los Océanos, con sanciones a la sobreexplotación y contaminación marina, y la inclusión de los delitos ambientales en la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
Si detenemos las atrocidades del capitalismo en los bosques y en las selvas tropicales estaremos protegiendo a la humanidad, sentenció la mandataria.
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