La jefa nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones, Cindy Woodhouse Nepinak, afirmó que la congelación del gasto tendrá graves repercusiones en las comunidades con altas tasas de natalidad, según el reporte de la agencia The Canadian Press.
Añadió que «lamentablemente, el presupuesto no incluyó ninguna inversión generacional para cerrar las brechas educativas que existen en este país entre las Primeras Naciones».
Sin embargo, más de la mitad de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de hace una década estaban relacionadas con la educación, de acuerdo con Woodhouse Nepinak.
Al respecto, Ottawa explicó que el presupuesto congeló el dos por ciento de la financiación básica anual para los servicios sociales y de salud indígenas y para el trabajo relacionado con los tratados, en un momento en que la mayoría de las agencias federales se enfrentan a un recorte del 15 por ciento.
Por su parte, el presidente de Inuit Tapiriit Kanatami, Natan Obed, afirmó que su organización está «preocupada», pues no se renovó la financiación para eliminar la tuberculosis en el Norte ni se estableció, para el futuro, una protección financiera para los niños inuit atrapados en disputas jurisdiccionales entre gobiernos.
También, la presidenta del Consejo Nacional Métis, Victoria Pruden, expresó su decepción debido a que la financiación del presupuesto no se desglosó por grupos indígenas.
«Sabemos que cuando la economía se enfrenta a la incertidumbre, a una crisis y a políticas fiscalmente conservadoras, los más vulnerables corren el riesgo de sufrir un aumento del número de personas sin hogar, de experimentar pobreza y desempleo», advirtió.
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