Según escribió este jueves en su canal de Telegram el alto cargo, “las unidades de defensa antiaérea repelieron un ataque masivo de vehículos aéreos no tripulados sobre el territorio de la región de Volgogrado”.
Bocharov precisó que, como resultado del ataque terrorista con el uso de drones contra un edificio residencial de 24 pisos en la calle Garia Jojolov, un civil de 48 años murió y cuatro balcones fueron dañados y los vidrios de las casas cercanas se rompieron.
Agregó que, debido a la caída de los restos de otro dron, se produjo un incendio en el territorio de la zona industrial en el distrito Krasnoarmeiski de Volgogrado. Los bomberos procedieron a sofocar el incendio. Además, en varias zonas de la ciudad se registran daños en las ventanas de las viviendas y vehículos.
Posteriormente el Ministerio de Defensa de Rusia comunicó que en la última jornada los sistemas de la defensa antiaérea interceptaron y abatieron 75 drones de ataque ucranianos en distintos puntos del país.
La nota del ente castrense precisó que, 49 aparatos fueron derribados en la provincia de Volgogrado, siete en la península de Crimea, seis en la región de Vorónezh y cuatro en Rostov.
Además, tres drones ucranianos fueron neutralizados en la provincia de Bélgorod, dos en Oriol, uno en la región de Moscú, otro en Kursk, uno en Lípetsk y el último en Tambov.
En tanto, la Agencia Federal de Transporte Aéreo (Rosaviatsia) informó de restricciones provisionales de vuelos durante la última jornada en los aeropuertos de Voronezh y Volgogrado, con el objetivo de garantizar la seguridad de los pasajeros.
Desde el 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó una operación militar especial en Ucrania, según el presidente Vladimir Putin para proteger a la población de «un genocidio por parte del gobierno de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional.
Los ataques con drones lanzados desde Ucrania contra objetivos militares y civiles en la retaguardia rusa se han convertido desde entonces en una práctica habitual.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, así como la península de Crimea, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
Durante los últimos meses, Ucrania centró sus ataques con drones en refinerías, depósitos de combustible y otras instalaciones de la industria petrolera de Rusia, principalmente en las provincias fronterizas, pero también en zonas más remotas como Nizhni Nóvgorod, Baskortostán o Tartarstán.
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