Durante un acto político-cultural celebrado en el Museo de la Revolución, la embajadora de Nicaragua en Cuba, Guisell Socorro, reafirmó la hermandad histórica entre ambos pueblos y destacó el legado de dos revoluciones que triunfaron por la lucha armada popular.
“Ambos líderes cabalgaron hacia la inmortalidad en este mes de noviembre: Fonseca el 8 y Fidel el 25. Un mes que, nos recuerda que su ejemplo está más vigente ante las crecientes agresiones imperiales que sufre nuestra América”, afirmó la diplomática.
“Las revoluciones de Cuba, Nicaragua y Venezuela son el orgullo de nuestros pueblos, indoblegables y firmes en su camino de dignidad”, añadió.
Socorro recordó que Carlos Fonseca Amador sintió un profundo respeto y admiración por Fidel Castro, al que consideraba el más digno continuador del pensamiento de José Martí y el arquitecto de una revolución auténtica en América Latina.
Asimismo, resaltó el apoyo incondicional de Cuba a Nicaragua en momentos cruciales de su historia, y la determinación del pueblo nicaragüense de denunciar el injusto bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra la isla.
“Estamos con una Palestina libre, del río hasta el mar”, enfatizó, reiterando la solidaridad de ambas naciones con la causa de ese pueblo agredido y ocupado por fuerzas del régimen sionista.
Por su parte, el doctor en Ciencias Políticas y profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), Luis Suárez, subrayó que Cuba y Nicaragua son las únicas dos revoluciones latinoamericanas que triunfaron por la vía armada del pueblo.
Destacó que ambos líderes mantuvieron una tenaz lucha por la unidad revolucionaria. En el caso de Fonseca, señaló su incansable esfuerzo por evitar la fractura del FSLN en las llamadas “tres tendencias”.
“Fidel Castro hizo todo lo posible para que se frustraran los planes imperialistas de división interna en Nicaragua —dijo—. Su labor diplomática fue clave para garantizar el apoyo político al FSLN, y para impedir que la Organización de Estados Americanos (OEA) legitimara una supuesta ‘fuerza de paz’ que habría sido una invasión disfrazada”, recordó.
Suárez rememoró la presencia de miles de cubanos en Nicaragua tras el triunfo sandinista en 1979, entre ellos centenares de jóvenes que participaron en la Campaña de Alfabetización y contribuyeron a erradicar el analfabetismo en una nación que, tras décadas de dictadura, necesitaba reconstruir su identidad cultural y educativa.
El general de división Fabián Escalante recordó que lo que une a Cuba y Nicaragua va más allá de la política: “Nos une la música, el béisbol, el amor por la vida y, sobre todo, la revolución como forma de existir”.
Resaltó la trayectoria de Fonseca Amador,quien desde muy joven se involucró en la lucha antiimperialista: ingresó al Partido Socialista, asistió al Primer Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Moscú, y fundó el FSLN en 1961 junto a patriotas como Tomás Borge, Silvio Mayorga, Germán Pomares, Rigoberto Cruz, Jorge Navarro y Francisco Buitrago. Carlos Fonseca Amador —profesor, escritor, político y revolucionario— nació el 23 de junio de 1936 en Matagalpa, Nicaragua, y cayó en combate el 8 de noviembre de 1976 en la zona de Zinica, Waslala.
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