En avenidas de Quito, decenas de hombres esperan cada día por una oportunidad laboral como plomeros, albañiles o cualquier otro oficio, mientras muchos otros profesionales ecuatorianos buscan empleo, algo que se hace difícil a pesar de maestríasy doctorados.

El Gobierno ecuatoriano destacó esta semana que los resultados confirman la “efectividad de las políticas de generación de empleo” y el fortalecimiento del mercado laboral, con mejores cifras que otros países de la región.

Sin embargo, el analista económico Fausto Ortiz advirtió que los números, divulgados por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), “no reflejan la realidad”, ya que omiten el peso del subempleo, una condición que afecta a más de la mitad de los trabajadores.

“El desempleo de quienes ya desistieron de buscar trabajo es bajo, pero la otra gente está jugándosela todos los días en la línea del subempleo, donde el número es quizás arriba del 55 por ciento”, señaló Ortiz, quien fue ministro de Finanzas.

En declaraciones a Ecuavisa afirmó que pese al optimismo oficial, la economía ecuatoriana continúa frágil, ya que el subempleo y la informalidad crecen, y cada vez más personas optan por el emprendimiento como única salida para subsistir.

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