En su fuga, los ladrones perdieron la pieza elaborada con mil 354 diamantes y 56 esmeraldas, la cual sufrió golpes sin que se conozcan detalles de su magnitud, aunque diversas voces siempre consideraron muy compleja la restauración.
“Será necesario un poco de tiempo, pero será un bonito símbolo del renacimiento del Louvre”, declaró des Cars a la cadena Franceinfo.
La corona de Eugenia (1826-1920), emperatriz consorte de Francia como esposa de Napoleón III (1808-1873), se encontraba en la Galería de Apolo del famoso museo, de donde fueron robadas ocho joyas de un valor económico estimado en 88 millones de euros e incalculable significado patrimonial.
Las autoridades detuvieron y procesaron a cuatro personas, pero sigue sin recuperarse el preciado botín, consistente en collares, pendientes, un lazo de ramillete y una tiara que pertenecieron a las emperatrices o reinas Eugenia, María Luisa de Austria, María Amelia y Hortensia.
Des Cars reiteró como una prioridad el refuerzo de la seguridad del Louvre, el museo más visitado del planeta, con 8,7 millones de entradas el año pasado, otrora residencia real que atesora más de medio millón de obras, al menos 36 mil de ellas en exhibición.
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