Tras una reunión en Tegucigalpa, los altos mandos de ambas instituciones aseguraron un proceso transparente “antes, durante y después” de los comicios, en los que se elegirá al sucesor (a) de la presidenta Xiomara Castro para el periodo 2026-2030.
“La voluntad del soberano va a prevalecer. Se garantizará la alternabilidad en el poder, el pueblo hondureño debe sentirse seguro”, afirmó el ministro hondureño de Seguridad, Gustavo Sánchez, durante una conferencia de prensa conjunta con el jefe de las FFAA, Roosevelt Hernández.
Además, Sánchez aseveró que las secretarías (ministerios) de Seguridad y Defensa certificarán que el 27 de enero de 2026 un nuevo gobierno democrático estará asumiendo el control del Estado”.
El pueblo debe asistir masivamente a ejercer el derecho constitucional de elegir a las autoridades máximas, que regirán los destinos del país en los próximos cuatro años, enfatizó.
A su turno, Hernández expresó que las dos instituciones estarán a disposición del Consejo Nacional Electoral, ente rector de los procesos plebiscitarios en este país centroamericano.
“Aseguramos y garantizamos a la población hondureña que se respetará su voluntad”, remarcó el jefe del Estado Mayor Conjunto.
Las máximas autoridades anunciaron el despliegue de unos 50 mil uniformados en los 18 departamentos (regiones) hondureños, con el fin de resguardar los más de cinco mil centros de votación durante la jornada electoral.
Más de 6,5 millones de hondureños -de una población de 10 millones- están convocados el último domingo de noviembre a elegir al nuevo presidente (a), tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldes, 128 diputados al Congreso Nacional (Parlamento) y 20 al Parlamento Centroamericano.
Los presidenciables con mayores opciones de triunfo son, según diversos sondeos, Rixi Moncada, del oficialista Partido Libertad y Refundación; Nasry Asfura, del Partido Nacional; y Salvador Nasralla, del Partido Liberal, las dos formaciones tradicionales de derecha que encarnan el llamado bipartidismo.
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