Según informó el portavoz del Ministerio, Nour Al-Din Al-Baba, en declaraciones al Canal de Noticias Sirio Ikhbariya TV, las unidades policiales y de inteligencia ejecutan desde hace días una serie de operaciones conjuntas para impedir que células del Daesh intenten reorganizarse o planificar nuevos atentados en territorio sirio.
De acuerdo con el funcionario, la información de inteligencia obtenida confirma las intenciones de esa organización de perpetrar ataques dirigidos contra instituciones del Estado y comunidades civiles.
Hasta la fecha, las operaciones de seguridad incluyeeron 61 incursiones realizadas en varias gobernaciones, entre ellas Alepo, Idlib, Hama, Homs, Deir Ezzor, Raqa y Damasco, con un saldo de 71 detenidos, entre ellos mandos intermedios y combatientes implicados en acciones terroristas. Durante las redadas, también fue neutralizado un miembro del Daesh, resultó herido un agente de seguridad y se localizaron depósitos de armas, municiones y equipos logísticos.
Al-Baba explicó que las acciones se desarrollan en estrecha coordinación entre el Ministerio del Interior y el Departamento General de Inteligencia, organismos que mantienen un intercambio constante de información y estrategias operativas.
Mientras la Inteligencia se centra en la recopilación y análisis de datos sobre posibles amenazas, el Ministerio ejecuta las operaciones de campo a través de sus distintas unidades especializadas.
El vocero recordó que el atentado contra una iglesia en el barrio damasceno de Duelah, ocurrido en junio pasado, marcó uno de los momentos más críticos de actividad del Daesh en los últimos años. Sin embargo, las fuerzas de seguridad respondieron con rapidez, capturando en menos de 24 horas a Abdul-Ilah al-Jumaili, alias Abu Imad al-Jumaili, considerado “gobernador del desierto” dentro de la organización, y desmantelando un batallón de atacantes suicidas en la provincia de Alepo.
Finalmente, Al-Baba advirtió sobre los esfuerzos del Daesh por reclutar nuevos miembros, en especial entre jóvenes vulnerables, y subrayó que la educación, la conciencia social y el fortalecimiento económico “constituyen la primera línea de defensa frente al extremismo y el terrorismo”.
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