El canciller uruguayo Mario Lubetkin intervino en la sesión de apertura del cónclave, en la condición de que se país es parte de la troika de la Celac y asumirá su presidencia pro tempore el año próximo.
Lubetkin dijo que en medio de la alta conflictividad internacional, la cumbre entre ambos bloques “es una señal clara de determinación política».
Celebró que a partir de la III Cumbre en Bruselas (2023) se reanudaran los encuentros cada dos años de este nivel, para dar continuidad a la cooperación birregional, construir confianza política y conseguir resultados concretos.
Afirmó que entre ambas partes hay nexos formados por la historia, una visión humanista y también de respeto al derecho internacional y a la Carta de la Organización de Naciones Unidas.
El ministro de Relaciones Exteriores uruguayo instó a no dejar pasar esta oportunidad de reencuentro cuando aumentan los conflictos en el mundo y se “erosiona el multilateralismo”.
Tenemos muchas preguntas y desafíos que afrontar y darnos entre todos muchas más respuestas; por ello la importancia del diálogo, enfatizó.
Y concluyó con el compromiso de su país, como miembro de la troika de la Celac, a asegurar la continuidad del proceso de diálogo y cooperación con la Unión Europea.
La IV Cumbre Celac-UE fue inaugurada por el presidente anfitrión, el colombiano Gustavo Petro, quien opinó que este foro debiera ser “un faro de luz en medio de la barbarie”, cuando -dijo- los misiles caen en Gaza y el Caribe.
El foro reúne a presidentes, primeros ministros y otros altos cargos de unos 60 países, así como representantes de organismos internacionales.
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