La xantommatina solo se podía obtener en cantidades muy pequeñas de la piel de los pulpos y los intentos de sintetizarla en laboratorio no fueron eficientes hasta ahora, pero un innovador experimento con bacterias modificadas genéticamente hizo posible su logro.

El nuevo método, documentado en un artículo publicado en la revista Nature Biotechnology, permite producirla de forma masiva y económica, lo cual abre la puerta a un sinfín de futuras aplicaciones científicas y tecnológicas.

Para conseguir que las bacterias produjeran grandes cantidades de xantommatina, los investigadores diseñaron un sistema denominado biosíntesis acoplada al crecimiento.

Mediante esa técnica, las bacterias fueron modificadas genéticamente para depender de este pigmento y del ácido fórmico para sobrevivir.

“Hicimos que la actividad a través de esta ruta metabólica resultase esencial para sus vidas”, explicó la investigadora Leah Bushing, del Instituto Scripps de Oceanografía.

Las bacterias solo podían crecer si generaban la cantidad suficiente de pigmento como para sustentarse a sí mismas, por lo que fueron capaces de producir hasta tres gramos de pigmento por litro de cultivo, una cifra mil veces superior a la obtenida mediante los métodos conocidos.

El experimento amplía el conocimiento de la comunidad científica sobre el mecanismo biológico de camuflaje de los pulpos y abre nuevas posibilidades para desarrollar materiales inteligentes capaces de cambiar de color con potencial para utilizarse en la industria textil, la robótica blanda y los recubrimientos adaptativos.

Adam Feist, bioingeniero y coautor del estudio, señaló que este proyecto muestra cómo la biología puede facilitar la fabricación sostenible de compuestos valiosos mediante automatización y diseño computacional.

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