“Se levantará la subvención de la mejor forma posible. No podemos seguir fomentando que el combustible se lo lleven de contrabando y se favorezcan unos cuantos sinvergüenzas”, afirmó ante la prensa el ministro de la Presidencia, José Luis Lupo.

Esa medida fue una de las principales promesas del flamante mandatario durante su campaña electoral.

Sin dar detalles, Lupo insistió en que el subsidio se eliminará de manera ordenada, “protegiendo a los más vulnerables”.

“El efecto será una consolidación fiscal, una reducción del déficit, y viabilidad en el mediano plazo de la sostenibilidad de la deuda”, consideró el titular.

Paz y su vicepresidente, Edmand Lara, fueron juramentados el sábado último, ante la cruz del cristianismo y la biblia, como las principales autoridades del país, y 24 horas después el nuevo jefe de Estado presentó a su gabinete ministerial, al cual tomó juramento.

El dignatario afirmó en ese discurso que, con el objetivo de paliar la falta de hidrocarburos en el país, desde el viernes están ingresando cisternas para abastecer el mercado nacional.

La víspera, a bordo de una camioneta y vestido informalmente, Paz junto a otras autoridades encabezó un convoy de carros cisterna con hidrocarburos que arribó a la planta de Senkata, en la ciudad de El Alto, como parte del plan de refuerzo a la importación de gasolinas y diésel por puntos fronterizos del país.

La extensa caravana de cisternas cargadas con diésel y gasolina se dirigió hacia la planta de almacenamiento de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en Senkata, donde los vehículos comenzaron la distribución de combustibles a las estaciones de servicio.

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