El mandatario mencionó en su cuenta de X a la exfiscal Diana Salazar, actual embajadora en Argentina; a la asambleísta Anabella Azín, madre del gobernante; y al presidente del Legislativo, Niels Olsen, para encabezar las listas del oficialismo si se da paso a la Constituyente.
Noboa promueve “una nueva Constitución donde el bien esté por encima del mal, donde un criminal no sea prioridad sobre ti, donde no puedan salir libres al pisar la cárcel”.
La decisión de reemplazar la ley de leyes vigente desde 2008 dependerá de un pronunciamiento ciudadano favorable en la consulta del 16 de noviembre próximo.
En ese caso, los ecuatorianos deberán volver a las urnas posteriormente para elegir a los integrantes de la Asamblea Constituyente, y luego, en una tercera ocasión, para votar a favor o en contra del texto elaborado.
“Nuestra coyuntura nos avoca a una posible Constituyente, aunque no sabemos con claridad qué propone el presidente, parecería que está pidiendo un cheque en blanco”, señaló recientemente el economista Alberto Acosta, que lideró la Asamblea Constituyente de Montecristi.
En su opinión, quieren cambiar la ley de leyes vigente desde 2008 porque pone en riesgo privilegios de las élites y en cuanto al retorno de bases militares extranjeras afirmó que no buscan proteger la integridad del Estado ni combatir el narcotráfico, sino que Ecuador asuma un papel de peón en el ajedrez de la geopolítica internacional.
En seis días, más de 13 millones de ecuatorianos deberán responder, además, si aprueban o no la instalación de bases militares extranjeras, la eliminación del financiamiento público a los partidos políticos y la reducción del número de legisladores.
Actualmente el país está en plena fase proselitista, incluido el mandatario, que pidió licencia y promueve el Sí a sus iniciativas, mientras organizaciones sociales, sectores populares y académicos llaman a votar por el No.
Ellos advierten que de avanzar las propuestas del mandatario no resolverán los problemas del país y peligran tanto la soberanía como los derechos conquistados, al tiempo que puede restringirse la representación política.
En las calles de Quito se ven carteles a favor y en contra de las iniciativas del jefe del Ejecutivo.
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