En entrevista con Prensa Latina, el secretario de Fortalecimiento y Organización Sindical de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), advirtió que con el proceso consultivo del próximo domingo, el mandatario ecuatoriano “no propone una reforma constitucional clara, sino que pide un cheque en blanco”.

“Un trabajador jamás firmaría una hoja vacía para que su empleador escriba después las reglas del juego; eso mismo está pidiendo el Gobierno al pueblo ecuatoriano”, señaló el sindicalista argentino de visita en esta capital.
El próximo 16 de noviembre, los ecuatorianos irán a las urnas a decir si desean una nueva Constitución y también a votar si o no sobre el regreso de las bases militares extranjeras, la reducción de legisladores y el fin del financiamiento público de partidos políticos.
Di Stefano sostuvo que detrás de esa consulta “hay un intento de desmantelar los pocos derechos que les quedan a los trabajadores y trabajadoras del país”.
A su juicio, las reformas impulsadas por Noboa “buscan extremar la ganancia del capital concentrado” y no resolver los problemas estructurales del empleo.
“Ecuador tiene una de las protecciones laborales más bajas de la región y, aun así, quieren reducirla más. No se trata de mejorar el trabajo, sino de aumentar el lucro del empresariado”, avizoró.
El sindicalista subrayó que la Constitución de 2008 “fue fruto de un gran acuerdo político” y recordó que toda reforma de esa magnitud debe construirse sobre consensos.
“Una Constitución nacional no puede ser fruto de la imposición, sino del diálogo entre mayorías y minorías. Cambiarla sin un plan claro es destruir el pacto social del país”, afirmó en diálogo con esta agencia de noticias.
El representante de la CSA también criticó otras preguntas del referéndum, como la posibilidad de permitir bases militares extranjeras o reducir a la mitad el número de asambleístas.
“¿Qué persona de bien puede entregar la soberanía de su país votando por bases militares extranjeras? Es una trampa. Y achicar la Asamblea Nacional (Parlamento) no soluciona nada; solo juega con el enojo de la sociedad hacia la clase política”, comentó.
Sobre la propuesta de eliminar el financiamiento público a los partidos, señaló que esa medida “desfinancia a las fuerzas progresistas y deja intactos a los partidos de derecha, que siempre tienen respaldo del poder económico”.
Además, Di Stefano denunció las graves condiciones laborales en Ecuador, que lo ubican entre los 10 peores países del mundo para los trabajadores debido a la persecución sindical, la disolución de organizaciones, el trabajo forzoso en zonas rurales y una política estatal antisindical.
En ese contexto, insistió en que la consulta popular debe entenderse como parte de un proceso más amplio de concentración del poder.
“Lo que se vota no es una mejora institucional, sino una reconfiguración política que busca eliminar contrapesos y limitar los derechos sociales”, sostuvo con preocupación, aunque manifestó confianza en que la ciudadanía ecuatoriana sabrá rechazar las propuestas de Noboa.
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