Según fuentes locales y comunicados oficiales, los armados de la autodenominada milicia «Guardia Nacional» atacaron con armamento mediano posiciones de las Fuerzas del Ministerio del Interior, y provocaron heridas a siete miembros de estas últimas, sin confirmarse víctimas mortales.
Por su parte, la Guardia Nacional denunció lo que calificó “agresiones coordinadas” de las fuerzas de Damasco, con bombardeos hacia las aldeas de Al-Majdal, Salim, Atil y sectores del oeste de Sweida.
El gobernador de la provincia, Mustafa al-Bakour, calificó las acciones de algunas facciones locales, incluida la Guardia Nacional, como “una clara violación de los acuerdos internacionales” y alertó que obstaculizan los esfuerzos de reconstrucción y el regreso seguro de los residentes a sus aldeas.
Al-Bakour afirmó que el respeto al acuerdo de alto el fuego y a los puntos de desescalada es fundamental para garantizar la estabilidad y el retorno de los desplazados.
La escalada de violencia en Sweida se remonta a julio pasado, tras secuestros recíprocos entre residentes beduinos y miembros de la comunidad drusa en el barrio de al-Muqawwas, que derivaron en enfrentamientos.
La intervención gubernamental estuvo acompañada de violaciones contra civiles drusos, lo que generó represalias locales y la posterior retirada de las fuerzas gubernamentales tras ataques aéreos israelíes.
Posteriormente, un acuerdo mediado por Estados Unidos entre Damasco e Israel buscó detener las hostilidades.
Mientras tanto, reportes de corresponsales locales señalan que la zona experimenta una calma cautelosa, con presencia de convoyes y patrullas de seguridad en la zona rural occidental de la gobernación, y que ambas partes continúan responsabilizándose mutuamente por la reanudación de los enfrentamientos.
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