En su intervención ante sus homólogos del mundo como parte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que sesiona aquí hasta el 21 de noviembre, el funcionario aseguró que la acción climática demanda “no sólo de liderazgo, sino también solidaridad y coherencia”.

Subrayó que, en las acciones relacionadas con la justicia climática y en la discusión sobre Cambio Climático, “la paz, resulta un elemento esencial en este proceso”.

Con la política de Diplomacia Bolivariana de Paz, Venezuela seguirá trabajando para “lograr un mundo más justo y equitativo”, destacó.

Estimó que cualquier esfuerzo relacionado con el financiamiento climático “debe ser incondicional e inclusivo” y no debe ser utilizado como mecanismo para someter a los pueblos libres y soberanos.

Molina reafirmó que para la República Bolivariana la única solución a la crisis climática “es el principio de los países con responsabilidades comunes pero diferenciadas”.

Explicó que se trata de la falta o poca financiación de los países del Norte Global, que han dificultado la implementación de soluciones en las naciones más vulnerables y consideró que es “hora de tener un diálogo abierto, sincero y constructivo sobre esto”.

El ministro de Ecosocialismo bolivariano se refirió al impacto de las medidas coercitivas unilaterales impuestas a su país, que sobrepasan las mil hasta la fecha, y cómo repercutieron en forma negativa en la gestión ambiental.

En opinión del titular, esas medidas aplicadas a Venezuela en los últimos años son totalmente violatorias del derecho internacional y en un contexto internacional que demanda la ejecución y cumplimiento de los acuerdos consensuados para hacer frente al Cambio Climático.

Reconoció que gracias a los esfuerzos actuales de su Gobierno se avanza en los objetivos y metas asumidas en acuerdos internacionales y ejemplificó con la activación de la Gran Misión Madre Tierra Venezuela y la VI Transformación Ecológica.

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