En un amplio artículo, la publicación británica examina esa supremacía ante el lento desarrollo en tal campo de otras naciones como los Estados Unidos.

Recuerdan que en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, atletas, periodistas y funcionarios de todo el mundo se desplazaron entre las distintas sedes de la capital china en una flota de elegantes autobuses con un diseño blanco, azul y verde.

A diferencia de los vehículos diésel que dominaban las calles por aquel entonces, los autobuses olímpicos, unos 50 en total, funcionaban con baterías de iones de litio para contribuir a que Beijing organizara unos Juegos Olímpicos Verdes y de alta tecnología.

También supuso la primera incursión del país en la creación de una industria de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos (VE), sentando las bases para que China se convirtiera en líder mundial de esta tecnología dos décadas después.

Pero por aquel entonces, este sector era muy pequeño, con solo dos fabricantes de baterías para vehículos eléctricos. En 2005, organizaron la primera conferencia de la industria de baterías de litio en China como parte de su investigación.

En aquel momento, CATL, el mayor fabricante mundial de baterías para vehículos eléctricos, era una división de ATL, una empresa japonesa que fabricaba baterías de litio para dispositivos electrónicos.

BYD, el segundo mayor fabricante mundial de baterías y uno de los principales de este producto para vehículos eléctricos, acababa de entrar en la industria automovilística tras obtener su primera inversión suministrando baterías a grandes empresas de telefonía.

Por demás, 20 años después, China lidera la industria indispensable para alcanzar el objetivo mundial de cero emisiones netas para 2050. Produce más de las tres cuartas partes de todas las baterías de iones de litio del mundo y alberga a seis de los 10 mayores fabricantes de baterías del planeta.

La respuesta a este desempeño aparece en dos factores, un enorme mercado interno, y el apoyo gubernamental coordinado a lo largo de toda la cadena de suministro, afirma el analista independiente de la economía política y la política industrial chinas,. Xie Yanmei ,

Los subsidios al consumo, el despliegue estatal de redes de recarga y una política que obliga a los fabricantes de automóviles a producir vehículos eléctricos también contribuyeron a este éxito, señala.

Las empresas chinas también demostraron gran habilidad para la producción a gran escala y el control de costos, dos aspectos clave para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, comenta la publicación británica.

Reseñan entonces que la historia de las baterías de litio comenzó fuera de China hace unos 50 años con tres expertos en química: el británico-estadounidense Stanley Whittingham, el estadounidense John Goodenough y el japonés Akira Yoshino.

Sus investigaciones, realizadas por separado y que les valieron un Premio Nobel conjunto en 2019, se complementaron y condujeron a la invención de la primera batería de iones de litio comercialmente viable en 1985, desarrollada por Yoshino para la empresa química Asahi Kasei, con sede en Tokio.

En 1991, la empresa japonesa de electrónica Sony colaboró con Asahi Kasei para lanzar al mercado las primeras baterías de iones de litio del mundo. Cinco años después, Nissan se asoció con Sony para lanzar el primer automóvil del mundo impulsado por una batería de litio.

Pero antes de los Juegos Olímpicos mencionados, China ya había trazado una estrategia a largo plazo, cuando en 2006, su gabinete lanzó un programa de ciencia y tecnología que abarcaría los siguientes 15 años.

El objetivo de China era claro: modernizar su vasta industria manufacturera para 2020, de modo que dejara de depender de la mano de obra barata y comenzara a obtener ventajas tecnológicas.

Planes de estímulo, programas y una conciencia política sobre el particular complementaron un desarrollo acelerado del sector para colocar a China donde se encuentra hoy en este camino de las baterías.

Los años comprendidos de 2012 a 2020 resultaron cruciales para los fabricantes de baterías chinos, ya que el gobierno intensificó sus esfuerzos para impulsar la adopción masiva de vehículos de este tipo.

Empresas como las chinas CATL y BYD, la surcoreana Samsung SDI y la estadounidense QuantumScape están desarrollando baterías de estado sólido.

Sin embargo, para Estados Unidos, que actualmente depende en gran medida de China para la producción de baterías de iones de litio, se prevé que aumentar la producción a un nivel competitivo será todo un reto, según un análisis publicado por el Instituto de Estudios Energéticos de Oxford.

Sin embargo, como señalan algunos, desarrollar la propia industria de baterías no implica automáticamente competir con China.

Solo es posible a corto plazo colaborando con empresas chinas, ya que están a la vanguardia de la tecnología, afirma el Instituto de Estudios Energéticos.

Para algunos, como los expertos de Snow Bull Capital, las más recientes dos décadas podrían haber consolidado el liderazgo duradero de China en la cadena de suministro global de baterías, concluye BBC.

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