«Las señales de la Unión Europea (UE) son muy positivas y nos dan esperanza de que el año próximo logremos reintegrar a Transdniester pacíficamente. La reintegración será prioridad de este gobierno», dijo Gherasimov ante la prensa.

También comentó que, en su informe anual sobre la ampliación, Moldavia mostró un notable progreso en cuanto a la adhesión a la UE.

Anteriormente la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, había referido que no descartaba que solamente la ribera occidental del país, sin la autoproclamada república de Transdniester, lograra integrarse en la UE. En su opinión, el conflicto podría solucionarse ya después de la adhesión a la UE.

A su vez, el ex jefe de la delegación de la UE en Moldavia, Janis Mazeiks, comentó que sería más fácil si Moldavia entrara en la Unión de una vez junto con Transdniester.

La historia de la república secesionista se remonta a 1992, cuando varios distritos de la ribera oriental del Dniéster, de población mayoritariamente rusohablante, se rebelaron contra Chisináu y proclamaron la creación de la República Moldava de Transdniester por miedo a que Moldavia se fusionara con la vecina Rumania tras el colapso de la Unión Soviética.

Chisináu respondió con el envío de tropas al territorio rebelde, lo que provocó un conflicto armado que se prolongó por varios meses. Actualmente Transdniester es un territorio fuera del control del gobierno central moldavo, con todos los atributos de un estado, incluida una moneda propia.

El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de la Comisión de Control Conjunta y un contingente militar mixto de Rusia, Moldavia y Transdniester.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) insiste en resolver el conflicto por la vía negociada en el formato 5+2 (OSCE, Rusia, Ucrania, Unión Europea y Estados Unidos como mediadores, así como Moldavia y Transdniester).

La república rebelde insiste en obtener independencia, pero Moldavia se la niega, ofreciendo a cambio una amplia autonomía.

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