Durante el habitual encuentro de la presidenta Claudia Sheinbaum con medios de comunicación, las autoridades refirieron asimismo que la semana venidera se anunciará formalmente la creación de una supercomputadora pública en México, la más grande en América Latina.

Sheinbaum resaltó la importancia de que el país cuente con una supercomputadora pública al servicio del desarrollo nacional, de la investigación científica, así como de los gobiernos federal y estatales y la iniciativa privada.

El director de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, José Antonio Peña, mencionó que la colaboración permitirá a investigadores viajar a Barcelona con total soberanía en el manejo de los datos para utilizar la capacidad tecnológica y resolver problemas públicos y apremiantes.

A su juicio, se trata de “un paso histórico en términos de la capacidad de cómputo y supercómputo en México”.

El coordinador de Infraestructura Digital, Jorge Luis Pérez, expuso que el Centro de Supercómputo de Barcelona resulta uno de los más avanzados y la colaboración busca iniciar la construcción de la supercomputadora mexicana, pero también el análisis de datos en el equipo de aquella entidad.

Como proyectos iniciales en el Centro Mexicano de Supercómputo, sobresalen modelos climáticos y análisis de fenómenos hidrometeorológicos para prevención de desastres, así como el examen de información aduanera y modelos de riesgo.

También se procesarán imágenes agrícolas para la planeación de cultivos y mejorar las cosechas y la gestión de alimentos y se crearán modelos de lenguaje natural con inteligencia artificial para asistencia virtual.

En opinión de la secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, Rosaura Ruiz, el acuerdo fortalece la investigación con la formación de especialistas, la transferencia tecnológica, el desarrollo de capacidades en cómputo de alto rendimiento e inteligencia artificial.

Las iniciativas se inscriben en el programa México, país de innovación.

Al intervenir en la conferencia de prensa, el director del centro barcelonés, Mateo Valero, aludió a colaboraciones anteriores con México a través de becas, aplicaciones de gemelos digitales para el sector petrolero, la medición de la calidad del aire y la simulación de un terremoto y sus consecuencias.

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