El gobierno de Tailandia alega que la parte camboyana decidió realizar una demarcación temporal en zonas disputadas por ambas naciones y el estado de alerta autoriza a sus tropas a emitir avisos verbales y disparos de advertencia si perciben una violación de límite fronterizo.
También otorga la potestad de abrir fuego si los militares camboyanos avanzaran hacia el interior de Tailandia, expuso Narkphanit, lo cual significaría una transgresión de las líneas azules, como se identifica su parte, en tanto el lado camboyano se reconoce con líneas rojas.
El 24 de octubre anterior, el gobierno tailandés dijo que la reunión de la Comisión Conjunta de Límites entre Tailandia y Camboya culminó sin ningún acuerdo sobre las escalas de los mapas o los puntos de demarcación fronteriza.
El pleito combina elementos históricos no resueltos, pues la frontera entre Tailandia y Camboya fue cartografiada por Francia en 1907 (época colonial), pero sigue teniendo varios puntos sin demarcar que han propiciado enfrentamientos a lo largo de los años.
La actual etapa de confrontaciones empezó el pasado 24 de julio, con acusaciones mutuas de haber dado el primer disparo, y cobró la vida de 43 personas a ambos lados, entre ellos, varios civiles, además de causar decenas de heridos y el desplazamiento de casi 300 mil personas.
Tras cinco días de combates, representantes de los gobiernos contendientes acordaron un alto el fuego en reunión efectuada en Malasia, el 28 de julio último.
Al momento de entrar en vigor el pacto, ambas naciones se acusaron mutuamente de trasgredir el compromiso de paz y representantes de los respectivos ejércitos realizaron reuniones para controlar la situación y dar paso a un respaldo fáctico del importante mecanismo de desescalada.
Camboya elevó la disputa territorial a la Corte Internacional de Justicia, a inicios de junio, y justificó el acto como un intento de brindar una solución pacífica basada en el derecho internacional, en tanto, Bangkok aboga por llegar a un acuerdo de forma bilateral.
npg/msm





