Clamor por memoria ancestral en brasileño estado de Sao Paulo

Brasilia, 20 nov (Prensa Latina) Miles de personas transformaron hoy la Avenida Paulista, en Sao Paulo, en espacio de memoria durante la Marcha de la Conciencia Negra, que reivindica el legado de Zumbi dos Palmares, símbolo de resistencia contra la esclavitud en Brasil.

El centro financiero del país resultó un corredor de afirmación cultural, denuncia y homenaje a las figuras históricas de Dos Palmares y su esposa Dandara, cuyos 330 años de herencia libertaria sirvieron de inspiración para la peregrinación.

Al inicio del acto, grupos religiosos afrobrasileños formaron un gran círculo bajo el Vão Livre del Museo del Arte de Sao Paulo.

Entre tambores, cantos y el sonido profundo de los instrumentos tradicionales, los participantes realizaron una invocación a los orishas, gesto que marcó el tono espiritual y político de la movilización.

No se trataba solo de un ritual, sino la declaración de que la memoria ancestral continúa siendo un pilar de resistencia en un país atravesado por el racismo.

Varios organizadores destacaron que este año la marcha puso especial atención en los quilombos (asentamientos negros) como espacios históricos de articulación comunitaria y desafío al poder colonial.

Para los movimientos presentes, el pasado quilombola es también un espejo del actual Brasil.

Entre los participantes se encontraba Pai Jair de Odé, de 72 años, que ha acompañado la marcha desde sus inicios y que, micrófono en mano, condujo los cánticos que resonaron entre la multitud.

A su lado, Marli do Nascimento Paula, de 65 años, insistía en la importancia de que la jornada del 20 de noviembre haya adquirido carácter nacional: «Solo cuando ocupamos las calles mostramos que nuestra existencia importa», dijo.

Organizaciones del movimiento negro aprovecharon la marcha para denunciar el avance de la violencia policial en comunidades negras y periféricas.

El recuerdo de la reciente megaoperación policial en dos favelas de Río de Janeiro —calificada de masacre— estuvo presente en diversos discursos.

Para activistas, la letalidad de estas acciones revela que la cuestión racial sigue siendo un eje central para comprender la actuación del Estado.

El Movimiento Negro Unificado (MNU) reforzó, además, la necesidad de políticas públicas que atiendan a las mujeres negras, especialmente aquellas que perdieron familiares en operaciones policiales.

La movilización en Sao Paulo también sirvió como antesala a otro hito: la Marcha de las Mujeres Negras, que volverá a Brasilia el 25 de noviembre después de una década.

Ambas convocatorias responden a una misma urgencia: construir un proyecto de país que enfrente el racismo estructural, garantice derechos y reconozca a la población negra como protagonista de su historia.

arc/ocs

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