Según activistas locales, los menores manipulaban el objeto sospechoso y lo golpeaban con instrumentos punzantes, lo que provocó su explosión. Los niños fueron trasladados de inmediato al hospital para recibir atención médica.

Con anterioridad, cuatro niños fallecieron y otros resultaron heridos tras la explosión de una mina —remanente de la guerra— mientras participaban en labores de cosecha de aceitunas en la aldea de Qamhana, al norte de la provincia central de Hama.

Las minas y otros artefactos sin detonar siguen constituyendo una amenaza diaria para la población siria, dificultando el retorno seguro a extensas zonas rurales y afectando gravemente la actividad agrícola.

De acuerdo con datos de los equipos de Defensa Civil, entre inicios de 2025 y el 15 de noviembre se ejecutaron dos mil 370 operaciones de remoción de restos de guerra en distintas regiones del país.

Durante estas labores, los especialistas retiraron y destruyeron dos mil 621 municiones sin detonar e identificaron 900 áreas contaminadas. Paralelamente, se realizaron miles de sesiones de sensibilización dirigidas a la población, alcanzando a unas 23 mil personas, entre ellas 20 mil niños, con el fin de reforzar la prevención frente a los peligros de los explosivos remanentes.

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