Notablemente preocupado, reconoció que el foro enfrenta «desafíos particularmente significativos».

Recordó que, tras el incendio ocurrido ayer en el recinto, «un recordatorio de nuestra vulnerabilidad compartida», el proceso demostró que la cooperación sigue siendo la base del multilateralismo.

Agradeció el profesionalismo del equipo y de los delegados, y señaló que el contexto global sigue siendo complejo, así como la presión sobre los gobiernos es inmensa: electoral, social y derivada de la desinformación.

Subrayó que muchas personas no sienten que las 30 conferencias hayan impactado su vida diaria, pero insistió en que el régimen climático ha movilizado a países, ciudades, empresas, tecnología y comunidades. «Todos juntos es la fórmula para lograr lo que realmente necesitamos hacer», refirió.

El diplomático brasileño expresó preocupación por la dificultad de alcanzar un entendimiento entre los países. «Sabemos cuán difícil es llegar a un consenso», insistió.

No obstante, remarcó que ese asenso —tan criticado por su lentitud— es precisamente «una enorme fuerza» del sistema multilateral. Y advirtió: «Si no lo fortalecemos, todos perderán. Todos perderán».

Al referirse al borrador difundido por la presidencia en la madrugada de este viernes sin mencionar al polémico tema de los combutibles fósiles , pidió calma, flexibilidad y espíritu constructivo.

Precisó que su mandato no busca favorecer al país anfitrión. «Esta no es una presidencia orientada para hacer lo que el país anfitrión prefiere», señaló. «Es una presidencia dedicada a fortalecer algo que será bueno para todos nosotros», recalcó.

Ponderó además que, al celebrarse la COP en la Amazonia, el mundo pudo ver no solo la magnitud del bioma, sino también los desafíos para garantizar un desarrollo que incluya a quienes viven en él. «Debemos encontrar soluciones para las personas que habitan la selva y asegurar que cumpla su papel extraordinario, así como los océanos», indicó.

Certificó que una agenda climática efectiva debe ser positiva y ofrecer oportunidades reales de crecimiento y empleo.

Apuntó, asimismo, que las divisiones heredadas de la negociación original de la convención siguen presentes, pero que la presidencia ha intentado reducirlas mediante transparencia y diálogo directo.

Con tono urgente, concluyó que la COP30 debe demostrar que el multilateralismo sigue en pie y que es posible llegar a un consenso en Belém.

«Podemos tener consenso y somos mucho, mucho más fuertes que todos aquellos que dicen que este proceso no puede avanzar», puntualizó finalmente.

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