Hace pocas hora el ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Haití, Jean-Victor Harvel dialogó con las autoridades de la nación africana.

Las discusiones se centraron en el posible despliegue de fuerzas ruandesas para apoyar la lucha contra las bandas armadas en Haití, dentro del marco de la Resolución 2793 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, precisó el diario Le Nouvelliste.

Medios locales recordaron que en octubre pasado fue activada de manera oficial la Fuerza de Supresión de Pandillas (FSP). Este paso constituye una importante evolución del papel y objetivos de la presencia militar extranjera en el país.

La FSP remplazó a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS), un cuerpo militar foráneo que se le hizo imposible vencer a las pandillas que controlan casi el 90 por ciento de Puerto Príncipe y zonas aledañas.

La MMAS desde que llegó a Haití presentó problemas con la logística, el armamento, los medios de combate y hasta con los salarios, incluso llegaron a quejarse del grosor de la chapa de los vehículos blindados enviados por Estados Unidos.

En su cuenta de la red social X la MMAS subraya que su transformación en FSP formaliza un refuerzo operativo. La nueva fuerza tiene un mandato de un año, y la componen cinco mil 500 oficiales uniformados y 50 civiles.

El texto especifica que la FSP está autorizada a llevar a cabo operaciones específicas, basadas en inteligencia, ya sea de forma autónoma o en asociación con las fuerzas nacionales.

Este contingente puede arrestar a pandilleros, respetando las normas internacionales de derechos humanos.

Además puede proteger aeropuertos, hospitales, escuelas, puertos, carreteras y asegurar las rutas de acceso para la ayuda humanitaria.

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